viernes, 20 de agosto de 2010

Las vidas posibles de Mr. Nobody

Título original: Mr. Nobody

Año: 2009
Nacionalidad: Bélgica
Dirección: Jaco Van Dormael
Guión: Jaco Van Dormael
Producción: Philippe Godeau
Fotografía: Christophe Beaucame
Música: Pierre van Dormael
Montaje: Susan Shipton & Matyas Veress
Diseño de Producción: Sylvie Olivé
Dirección Artística: Andreas Olshausen & Stéphane Taillasson
Decorados: Regine Constant & Danielle Drobny
Vesturaio: Ulla Gothe
Reparto: Jared Leto, Sarah Polley, Diane Kruger, Linh Dan Pham, Rhys Ifans, Natasha Little, Toby Regbo, Juno Temple, Clare Stone, Thomas Byrne, Audrey Giacomini, Laura Brumagne, Allan Corduner, Daniel Mays, Michael Riley, Harold Manning, Emily Tilson, Roline Skehan, Anders Morris, Pascal Duquenne, Noa De Costanzo, Chiara Caselli, David Schaal, Nathan Boydell, Laurent Capelluto, Harry Cleven, Vincent Dupont, Jenna Wheeler-Hughes, Valérie-Marie Chadelaud, Andrew Simms, Stéphane Thiry, Bruno Verstraete, Alice van Dormael, Tedd Dillon, Melanie Doerr, Talya Rubin, Vito DeFilippo, Laura Van Horne, Jack Proudlove, Marc Zinga, Martin Swabey, Philippe Godeau, Sarah Gravel, John Canoe, Donna Jacobs, Fujio Ishimaru, Robin Carette, Léa Thonus, Anaïs Van Belle, Hugo Harold Harrison, Sylvie Olivé, Stéphane Taillasson, Jules Taillasson, Jan Hammenecker, Serge Larivière, Leni Parker, Katharina Pejcic, Alexander Türk, Tanya Trombetta, Charlotte ¡Lola' Pauwels, Daniel Brochu, Louise Sophia Engel, Aaron Landt, Christelle Cornil, Tawny Andersen, Christophe Beaucame, Jules Eerdekens, Renaud Alcalde, Dominique Warnier, Catherine Demaiffe, Jaco Van Dormael, Pierre Chaves, Nicholas Beveney, David Kennedy, Josselin Moinet, Carlo Mestroni, Nicolas Ross, Marie-Ève Baeuregard, Manfred Andrae, Thi-Mai Nguyen, John Churchill…

existencialismo y la superstición de la paloma

Recientemente se ha estrenado en las salas españolas la que hasta la fecha es la última película del cineasta belga Jaco Van Dormael, Mr. Nobody, primera película que estrena desde la aclamada El octavo día (Le huitième jour, 1996, Jaco Van Dormael).

Mr. Nobody es una película que podemos englobar en lo que, personalmente, denomino "turn of the screw cinema (cine de vuelta de tuerca)", es decir, que no sabemos realmente ni quien cuenta la historia ni cuando lo hace. Es el espectador el que decide lo que es real y lo que es inventado, lo que es sueño y lo que es realidad, lo que forma parte de la vida del personaje y lo que forma parte de su fantasía. ¿Está muerto Nemo (Jared Leto) desde el principio como en "Sunset Boulevard"? ¿Está realmente en el año 2093 y tiene 118 años? ¿Eligió vivir con su padre (Rhys Ifans) o con su madre (Natasha Little) cuando se divorciaron? ¿Se casó con Anna (Diane Kruger), con Elise (Sarah Polley) o con Jean (Linh Dan Pham)?

Mr. Nobody es una película que no da soluciones, tan sólo plantea preguntas, no para que las resuelva el espectador, sino para que se las pregunte a sí mismo, buscando en sus propias experiencias, no en las de los personajes. En ese sentido te captura desde el principio pues su comienzo es realmente impactante visualmente, así como temáticamente con la fábula de "la superstición de la paloma", iniciando un recorrido de cuestiones existenciales que incluyen el destino, el azar o la responsabilidad de elegir.

Jaco Van Dormael presenta una película absolutamente libre y espectacular visualmente, montada como si fuese un vídeo musical en el que el repetido uso de música asincrónica proporciona unas sensaciones contradictorias, enrarecidas, estando escogidas las canciones por el significado de sus letras con las imágenes que acompañan, no sólo por su belleza armónica.

Destaca la cuidada fotografía de Christophe Beaucarne que abarca una cuidada paleta de colores en función de la historia que Nemo está contando, baja temperatura en la historia de Anna, consiguiendo unos tonos cálidos y agradables; alta temperatura en la historia de Elise, consiguiendo unos tonos fríos muy adecuados para su estado de sempiterna depresión; y una especial saturación de colores para la parte de Jean; además de otras gamas perfectamente adecuadas para el futuro, para Marte, para…

Impresiona realmente la labor de maquillaje ---premiada en el Festival de Sitges---, especialmente en las partes en las que Nemo aparece envejecido, dado que en lugar de escoger a otro actor para cuando tiene 118 años, es el propio Jared Leto el que interpreta debajo de una capa de arrugas que, en ningún momento, ofrecen un aspecto grotesco o exagerado. Así mismo, los efectos especiales pasan totalmente desapercibidos, como deben hacerlo en beneficio del desarrollo de la acción, para que el espectador se centre en la historia que se está contando y no en cómo la han realizado.

Siendo coherentes, hay una cosa que no puedo dejar pasar por alto, las fatídicas referencias a otras películas, que si en el caso de Ciudadano Kane (Citizen Kane, 1941, Orson Welles), El crepúsculo de los dioses (Sunset Boulevard, 1950, Billy Wilder), La noche del cazador (The Night of the Hunter, 1955, Charles Laughton), 2001, una odisea espacial (2001: A Space Odyssey, 1968, Stanley Kubrick), Europa (1991, Lars Von Trier), Requiem por un sueño (Requiem for A Dream, 2000, Darren Aronofsky) ---ya desde la elección del actor principal---, o incluso el vídeo musical Bachelorette, dirigido por Michel Gondry para Björk, podrían ser simpáticos homenajes, hay otros casos que parece se le han ido de las manos: la poderosa influencia de Charlie Kaufman y su manera de narrar e hilvanar lo fantástico con lo físico y la ficción con la realidad en películas como El ladrón de orquídeas (Adaptation, 2002, Spike Jonze) u Olvídate de mi (Eternal Sunshine of the Spotless Mind, 2004, Michel Gondry) que contaminan excesivamente la narrativa de Jaco Van Dormael, además de quedar contaminado con la poderosa gracia visual tanto de Spike Jonze como de Michel Gondry; la estructura circular que se permite robar de 2046 (2004, Wong Kar Wai), apropiándose también de la capacidad del personaje protagonista (Tony Leung Chiu Wai) para mezclar relatos con recuerdos confundiendo realidad con ficción, incluyendo un pasaje de ciencia ficción; y la más descarada de todas, Los amantes del círculo polar (1998, Julio Medem), de la que no sólo toma el nombre de una de las protagonistas, Anna, sino una parte considerable de la trama de la cinta de Julio Medem, además de muchos de sus planos, imagen por imagen.

También es justo avisar de una repentina sensación de dilatación en el tiempo, al alargarse demasiado en algunas partes, evidenciando un desajuste rítmico que puede bloquear a algún espectador, aunque pasado el apuro, retoma la fluidez hasta el final y es perfectamente asumible dada la riqueza visual de una película cargada de momentos oníricos, interpretaciones metafóricas ---como la hermosa visualización de la depresión de Elise o las múltiples imágenes acuáticas aludiendo al líquido amniótico en el que se produce el nacimiento.

Me llama la atención que entre las muchas posibles muertes para el personaje, está presente el agua, algo que uniendo superstición con destino me recuerda la trágica historia de Natalie Wood, quien tenía un miedo patológico al agua y falleciera ahogada en circunstancias sospechosas. También, como curiosidad, mencionar que la fecha de nacimiento de Nemo en la película, el 9 de febrero, es la misma fecha de nacimiento de Jaco Van Dormael, aunque naciera en distinto año.

También es curioso que coincida en la cartelera española con otra película de similares características, Origen (Inception, 2010, Christopher Nolan), con la diferencia de que no viene precedida de una portentosa campaña de promoción, ni incluye grandes estrellas en su reparto, ni se organizarán foros de debate sobre su significado, ni nada de nada. Tan sólo hay una sutil diferencia entre ambas películas, el tiempo en el que su sabor permanece en el paladar.

Publicada originalmente en EXTRACINE


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