viernes, 13 de agosto de 2010

El aprendiz de brujo


Título original: The Sorcerer's Apprendice
Año: 2010
Nacionalidad: EE. UU.

Dirección: Jon Turteltaub
Guión: Matt Lopez, Doug Miro & Carlo Bernard, basado en una idea original de Lawrence Konner, Mark Rosenthal & Marr Lopez
Producción: Jerry Bruckheimer
Fotografía: Bojan Rabin
Música: Trevor Rabin
Montaje: HWilliam Goldenberg
Diseño de Producción: Naomi Shohan
Dirección Artística: David Lazan & David Swayze
Decorados: George DeTitta Jr.
Vestuario: Michael Kaplan
Reparto: Nicolas Cage, Jay Baruchel Alfred Molina, Teresa Palmer, Toby Kebbell, Omar Benson Miller, Monica Belucci, Alice Krige, Jake Cherry, James A. Stephens, Gregory Woo, Wai Ching Ho, Jason R. Moore, Robert Capron, Peyton List, Sándor Técsy, Marika Daciuk, Nicole Ehinger, Adriane Lenox, Ethan Peck, Manish Dayal, Oscar A. Colon, Joe Lisi, William Devlin, Victor Cruz, Melissa Gallagher, Parisa Fitz-Henley, Brandon Gill, Henry Yuk, Jordan Johnston, Izuchukwu Mozie, Amit Soni, Maha Chehlaoui, Adria Baratta, Rosie Moss, Ian Alda…

ridícula es poco

Todas las expectativas que uno pueda tener cuando se enfrenta a una película que incluye en su reparto presencias tan fascinantes como las de Alice Krige o Monica Bellucci, actores de reparto tan eficientes como Alfred Molina, un protagonista como Nicolas Cage ---bueno esto último ya no es garantía de nada---, y la producción de los mismos responsables que proporcionaran una aventura tan entretenida y encantadora como fuera Prince of Persia: The Sands of Time (2010, Mike Newell) ---por mencionar una de las más recientes y tampoco es que todo lo que haga Jerry Bruckheimer me guste precisamente---, se diluyen completamente en los tres minutos que dura el prólogo de The Sorcerer's Apprentice.

Una enrevesada trama de luchas por el poder de magos y brujas como Merlín (James A. Stephens) y Morgana (Alice Krige), que incluyen a Balthazar Blake (Nicolas Cage), Maxim Horvath (Alfred Molina) y Veronica (Monica Bellucci), entre otros seres y personajes mágicos, culminan con los malos y Veronica metidos en unas matriuskas custodiadas por el propio Balthazar a la espera de que un descendiente auténtico del mago Merlín venza definitivamente la sed de mal de Morgana. Este descendiente no podría ser otro que uno más de los nerds que pueblan la cinematografía comercial madre in Hollywood, Dave (Jay Baruchel), quien deberá aprender las artes de la magia para enfrentarse a su destino.

¿Por qué no puedo disfrutar de The Sorcerer's Apprentice? La respuesta es sencilla, se me iluminó la bombilla en cuanto vi el nombre del director de la cinta, que si en la otra mencionada estaba al mando de todo el proyecto un director con las tablas de Mike Newell, en este caso estamos hablando del producto de un director tan torpe como Jon Turteltaub, responsable de bodrios y fiascos tan grandes como La búsqueda (National Tresure, 2004) y su secuela, Phenomenon (1996) o Mientras dormías (While You Were Sleeping, 1995)Debería haber empezado por ahí.

Ni siquiera creo que sea una cuestión sobre la orientación de la cinta esté dirigida al público infantil, al adolescente o com si está dirigido a la tercera edad, personalmente puedo consumir todo tipo de cine, siempre que la película sea honesta con lo que está contando y la forma en la que lo hace. Pero es que The Sorcerer's Apprendice es una cinta descontextualizada ---igual que tantas películas últimamente--- que parece querer revivir un tipo de cine familiar que prosperara en los años ochenta, como Los Goonies (The Goonies, 1995, Richard Donner) en la que un grupo de adolescentes se encunetran protagonizando un aventura; siguiendo en la onda nos encontramos con el revivir de un cine que mira a la mitología, tipo Furia de titanes (Clash of the Titans, 1981, Desmond Davis), algo que también intentaba otro tremendo bodrio reciente como Percy Jackson & the Olympians: The Lightning Thief (2010, Chris Columbus), o, mucho más descaradamente, nos encontramos con la insólita alusión a La guerra de las galaxias (Star Wars, 1977, George Lucas), de la que copia, plagia y roba, burda y literalmente, el patrón de personajes como Obi Wan Kenobi y Luke Skaywalker, representados aquí por Balthazar y Dave, e incluye una cita literal con la pretensión de que creamos que es más homenaje que plagio.

Encima se incluye una trama amorosa, tan insoportable como increíble, no porque no me pueda creer que una rubia como Teresa Palmer pueda enrollarse con un nerd como el que proponen, sino porque ninguno de los dos actores consigue hacer creíbles una sola de las líneas del diálogo. Macaulay Culkin resulta mucho más convincente y divertido en Solo en casa (Home Alone, 1990, Chris Columbus), Jumanji (1995, Joe Johnston) parece un título para adultos al lado de este despropósito que llega incluso a hacer guiños al primer Superman (1978), también de Richard Donner, al igual que Los Goonies, por no mencionar todas las producciones de la década de los ochenta vinculadas, también, con Steven Spielberg, particularmente El secreto de la pirámide (Young Sherlock Holmes, 1985, Barry Levinson), que tenía la misma dosis de magia y mitología, y funcionaba mucho mejor.

¡Se me olvidaba! Cómo no mencionar la secuencia de la que parte la película, la del fragmento incluido en Fantasia (1940, VV.AA.). No la menciono porque no tiene sentido. Ninguno. Ni dentro de la película, ni como homenaje a la otra, ni como nada de nada, es tan sólo la anécdota que permite el título de la película. La magia, en este título, brilla por su ausencia. Hay momentos para ser dogmático y creo que ha llegado el momento en que decida no volver a ver ninguna película dirigida por Jon Turteltaub.

Publicado originalmente en EXTRACINE

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