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domingo, 8 de diciembre de 2013

La gran belleza


Título original: La grande bellezza
Año: 2013
País: Italia & Francia

Dirección: Paolo sorrentino
Guión: Paolo Sorrentino & Umberto Contrarello, basado en una idea original de Paolo Sorrentino, adoptada de una la película de Federico Fellini
Producción: Francesca Cima & Nicola Giuliano  
Fotografía: Luca Bigazzi
Música: Lele Martichelli
Montaje: Cristiano Travaglioli 
Diseño de producción: Stefania Cella 
Dirección artística: Ludovia Ferrario
Vestuario: Daniela Ciancio
Reparto: Toni Servillo, Carlo Verdone, Sabrina Ferilli, Carlo Buccirosso, Iaia Forte, Pamela Villoresi, Galatea Ranzi, Franco Graziosi, Giorgio Pasotti, Massimo Popolizio, Sonia Gessner, Anna Della Rosa, Luca Marinelli, Ivan Franek, Vernon Dobtcheff, Darioa Cantarelli, Pasquale Petrolo, Luciano Virgilio, Aldo Ralli, Giusi Merli, Giovanna Vignola, Anita Kravos, Ludovico Caldera, Maria Laura Rondanini, Francesca Golia, Massimo De Francovich, Roberto Herlitzka, Isabella Ferrari, Fanny Ardant, Antonello Venditti, Flaminia Bonciani… 

tortura con zafios aires intelectualices

Hay una secuencia que ilustra perfectamente mi experiencia viendo La gran belleza. Es aquella en la que Jep Gambardella (Toni Servillo), su protagonista, asiste a una performance al aire libre, a los pies de un acueducto. El público que asiste se muestra impasible cuando la artista que la realiza se coloca una venda en los ojos y arremete dándose cabezazos contra la fría piedra. Esa y no otra es la sensación que experimentó este espectador ante tan desagradable espectáculo —la película, que no la performance. La gran belleza es una obra rabiosamente violenta, no porque lo sea, sino por las sensaciones que despierta en el espectador.

Puedes leer la crítica completa en 400Films


viernes, 20 de septiembre de 2013

Afterparty


Título original: Afterparty
Año: 2013
País: España

Dirección: Miguel Larraya
Guión: Miguel Larraya & Fernando Sancristóbal Zurita
Producción: Álvaro Augustín & Tomás Cimadevilla  
Fotografía: Pablo Rosso
Música: Lucas Vidal
Montaje: Jordi López 
Reparto: Lucho Fernández, Alicia Sanz, Rocía León, Ana Caldas, Juan Blanco, Andrea Dueso, Úrsula Corberó, David Seijo, Coté Soler, Fernando Lueches, Eva Ugarte… 

una postfiesta patética

Podría tomarme el mismo tiempo en escribir esta crítica que el que se han tomado Miguel Larraya y Fernando Sancristóbal Zurita en escribir el guión de Afterparty, pero sería muy injusto para los que la lean. Y es que no es lo mismo debutar en el cine con una propuesta sencilla que sólo pretenda entretener, que hacerlo con una historia improvisada y previsible que ni entretiene ni divierte. 

Parece mentira que Tomás Cimadevilla y Álvaro Augustín —productor el primero de películas tan divertidas como El otro lado de la cama (2002, Emilio Martínez Lázaro), Torremolinos 73 (2003, Pablo Berger) o El calentito (2005, Chus Gutiérrez); y de un cine de altos vuelos el segundo con títulos en su trayectoria como El laberinto del fauno (2006, Guillermo del Toro), El orfanato (2007, J.A. Bayona),  Celda 211 (2009, Daniel Monzón), No habrá paz para los malvados (2011, Enrique Urbizu) o Lo imposible (The imposible, 2012, J.A. Bayona)— se hayan dejado engañar por un par de principiantes que quizás le vendieron un concepto interesante y muy internacional, pero que no han sabido aprovecharlo en absoluto.

Si los personajes son tan planos como la mayoría de los personajes del papel couché cuyo estereotipo explotan, los giros de guión son más previsibles que el rey al lado de una escalón. Si ninguno de los integrantes del reparto merece la pena, tampoco merece mención el equipo artístico, que ni ha conseguido  explorar en toda su magnitud los recovecos de la maravillosa casa que les han dejado para rodar. Casi lo más probable es que improvisaran el guión cuando entraron en la casa. 

No es que la fiesta sea aburrida y que las supuesta atracción sexual entre los personajes tan absurda como un posado de Ana Obregón, es que ni pega la música ni la fotografía, ni el vestuario ni nada de nada. Lo único bueno que se puede decir es que al menos es corta. Pero aún sí, demasiado larga para lo que quieren contar. Es que ni los montajes televisivos son aceptables y eso que estamos hablando de una producción de Telecinco Cinema. Muchos podrán pensar que me he explayado… pero estoy convencido de que me he quedado corto.

miércoles, 18 de septiembre de 2013

R.I.P.D. (Departamento de policía mortal)


Título original: R.I.P.D.
Año: 2013
País: EE.UU.

Dirección: Robert Schwentke
Guión: Phil Hay & Matt Manfredi, según argumento de David Dobkin, Phil Hay & Matt Manfredi, basado en la novela gráfica de Peter M. Lenkov
Producción: Michael Fottrell, Neal H. Moritz & Mike Richardson  
Fotografía: Alwin H. Küchler
Música: Christopher Beck
Montaje: Mark Helfrich 
Diseño de producción: Alec Hammond 
Dirección artística: Bruton Jones & David Scott
Decorados: Kathy Lucas
Vestuario: Susan Lyall
Reparto: Jeff Bridges, Ryan Reynolds, Kevin Bacon, Mary-Louise Parker, Stephanie Szostak, James Hong, Marisa Miller, Robert Knepper, Mike O'Malley, Devin Ratray, Larry Joe Campbell, Michael Coons, Chrsitna Everett, Micahel Tow, Lonnie Farmer, Piper Mackenzie Harris, Ben Sloane, Duncan Putney, Bill Mootos, Kortney Adams, Michael Yebba, David J. Curtis, Kachina Dechert, Cheryl McMahon, Georgia Lyman, Matt McColm, Catherine Kresge, John Burke, Joe Stapleton, Michael Steven Costello, Naheem Garcia, Lance Greene, Tobias Segal, Toby Huss, Mike Judge, Jon Olson… 

cadáveres que apestan antes de muertos

Cuando uno está viendo una película basada en un cómic que le recuerda a otra película, a su vez basada en otro cómic ¿a quien se le tienen que pedir explicaciones, al director, a los guionistas o al autor del cómic? Seria disyuntiva que, en cualquier caso, no nos lleva a ninguna parte porque a pesar de todo, R.I.P.D. tenía todos los ingredientes para triunfar, pero fracasa estrepitosamente. Por una lado está dirigida por Robert Schwentke, quien ya en RED demostró que podía adaptar un cómic a la gran pantalla, dotándolo de estimulantes secuencias de acción cargadas de sentido del humor, a las que aquí se habría sumado una sobre dosis de efectos especiales. Contaba además con un reparto encabezado por Jeff Bridges, secundado por una Mary Louis Parker absolutamente entregada a la comicidad hiperbólica de su personaje —sin duda lo mejor (lo único bueno) de la película—, pero que carecen del material primordial para hacer que un relato funcione: un guión coherente.

Basta con echar un vistazo a los trabajos previos de Phil Hay y Matt Manfredi (Furia de titanes, Æon Flux, El esmoquin) para entender porque estamos ante un desaguisado que no hay por donde coger. De entrada está el excesivo parecido con el planteamiento de Men in Black, tanto por la caracterización de esos cadáveres que se resisten a abandonar la que antes era su vida para evitar el castigo eterno, como por un sentido del humor que nunca llega a ser ni negro ni blanco ni de ningún color. A medida que avanza la trama resulta incomprensible una concepción tan cristiana de la muerte, con un cielo y un infierno, en la que en ningún momento intervienen ni Dios ni demonio ni ninguna fuerza que no sea realmente estúpida. 

Si sólo fuera esto, quizás un servidor podría haberse entretenido igualmente, pero es que se equivocan en todo. El flashforward con el que comienza la película no sirve para nada, ni engancha ni motiva ni tiene función narrativa. La broma de las identidades ocultas de los protagonistas en un chino y una rubia despampanante es delirante, pero completamente desaprovechada en el momento en que prefieren seguir adelante con los caretos que venden realmente. Y si a todo esto sumamos al insoportable Kevin Bacon, más la capacidad de Ryan Reynolds para enlazar un bodrio detrás de otro, habríamos tenido motivos suficientes para no haber comprado la entrada de cine. Lástima que tuve que verla para darme cuenta. Tú estás a tiempo, vete a ver una película checoslovaca sin subtítulos. Seguro que, al menos visualmente, es mucho más original y auténtica.

jueves, 12 de septiembre de 2013

Tu eres el siguiente


Título original: You're next
Año: 2011
País: EE.UU.

Dirección: Adam Wingard
Guión: Simon Barrett
Producción: Simon Barrett, Keith Calder, Kim Sherman & Jessica Wu  
Fotografía: Andrew Droz Palermo
Música: Mads Haldtberg, Jasper Justice Lee & Kyle McKinnon
Montaje: Adam Wingard 
Diseño de producción: Thomas S. Hammock 
Dirección artística: Nathan Truesdell
Decorados: Lanie Faith Maarie Overton
Vestuario: Emma Potter
Reparto: Sharni Vinson, Nicholas Tucci, Wendy Glenn, AJ Bowen, Joe Swanberg, margaret Laney, Amy Seimetz, Ti West, Rob Moran, Barbara Crampton, L.C. Holt, Simon Barrett, Lane Hughes… 

el lado bueno de la paranoia y la obsesión por la superviviencia

¿Era necesario estrenar esta película en salas comerciales? Lo digo porque llega a la cartelera española con dos años de retraso y, claro, una vez vista, no estoy seuro de que haya sido muy buena idea. Cierto es que se deben haber gastado un pastón en la promoción, incluso apostaría que para untar a unos cuantos tuiteros que la han promocionado a través de las redes sociales, pero no ya como si la hubieran visto, sino como si incluso les hubiera gustado. Y permítanme dudarlo porque You're next no funciona ni como película de terror, ni como vuelca de tuerca irónica sobre una premisa harto machacada en un género que, en realidad, suele buscar más el humor que otra cosa. Y ni siento miedo ni risa alguna.

You're next aburre desde el momento en que abusa del cliché desde la primera secuencia. Inmediatamente después se embarca en una larga e interminable presentación de personajes, de tal manera que casi resulta un alivio cuando empiezan a caer como moscas. Pero si para ese momento ya nos hemos dado cuenta de que no podemos esperar que la pluma de Simon Barrett nos proporcione ni personajes carismáticos ni profundidad dramática, tampoco su colaborador en V/H/S (2012) y su secuela, parece dar muestras de una mejor capacidad en la dirección de la película.

Quizás un servidor debió haber investigado antes de ir al cine para saber de antemano que la insoportable madre histérica, Barbara Crampton, no era otra que la protagonista de la mítica Re-Animator (1985, Stuart Gordon), o que la primera víctima de los asesinos de las caretas no es otro que el propio Ti West, director de películas como Cabin Fever 2 (Cabin Fever 2: Spring Fever, 2009) o The innkeepers (2011). Pero sinceramente, prefiero enfrentarme a la película esperando que me sorprenda, sabiendo lo menos posible de antemano. Cosa que no pudo ser, o que sucedió, pero para mal. 

Aparte de los plagios descarados, lo que más decepciona es que ni se hayan molestado lo más mínimo en aportar algo de originalidad. Si, al menos, hay un par de momentos que consiguen aliviar el tedio y el aburrimiento, como el fin de la carrera de al primera que pretende salir por la puerta o el momento de la batidora,  delirante resulta la explicación del motivo por el que la protagonista se marca la reacción que se marca ante una situación límite de estas características. Lo que lamento sinceramente es que los artífices de la película no sean millonarios, para que sus familias pudieran poner en práctica los peregrinos planes que en su patética película exponen.

miércoles, 4 de septiembre de 2013

Asalto al poder


Título original: White House Down
Año: 2013
País: EE.UU.

Dirección: Roland Emmerich
Guión: James Vanderbitt
Producción: Roland Emmerich, Brad Fischer, Larry J. Franco, Laeta Kalogridis, Harald Kloser & James Vanderbilt  
Fotografía: Anna Foester
Música: Harald Kloser & Thomas Wanker
Montaje: Adam Wolfe 
Diseño de producción: Kirk M.Petruccelli 
Dirección artística: David Gaucher, Isabelle Guay, Martina Javorova, Jean-Pierre Paquet, Robert Parle, Charlotte Rouleau & Sandi Tanaka
Decorados: Marie-Soleil Dénommé & Paul Hotte
Vestuario: Lisy Christl
Reparto: Channing Tatum, Jamie Foxx, Maggie Gyllenhaal, Jason Clarke, Richard Jenkins, Joey King, James Woods, Nicolas Wright, Jimmi Simpson, Michael Murphy, Rachelle Lefevre, Lance Reddick, Matt Craven, Jake Weber, Peter Jacobson, Barbara Williams, Kevin Rankin, Garcelle Beauvais, Falk Hentschel, Romano Orzari, Jackie Geary, Andrew Simms, Catherine Lemieux, Vincent Leclerc, Andreas Apergis, Victor Cornfoot, Anatoly Zinoviev, Lee Villeneuve, Patrick Sabongui, Anthony Lemke, Kyle Gatehouse, Yardly Kavanagh, Andrew Shaver, Rhys Williams, Kwasi Songui, Leni Parker, Faber Dewar, Brent Skagford, Todd van der Heyden, Neil Napier, Ahmed Mekallach, Raphael Grosz-Harvey, Chad Connell, mark Antony Krupa, Patrick John Costello, Ralph Prosper, Jennifer Morehouse, martin Thibaudeau, Simon Gouveia, Richard Bradshaw… 

la destrucción sabe mejor si está sazonada con sentido del humor 

En muchas ocasiones me pregunto qué le habrá pasado a Roland Emmerich tanto con la cultura alemana como con la anglosajona. Por un lado tendríamos que remontarnos a los inicios de sus filmografía para encontrarnos con una película realmente alemana, la primera, Franzmann (1979), casi un mediometraje si atendemos a su mínima duración de 47 minutos. A partir de ahí, se deja apreciar la evidente influencia del que fuera considerado rey Midas de Hollywood en su día, Steven Spielberg, cuya sombra planea por películas como El principio del arca de Noé (Das Arche Noaf Prinzip, 1984), El secreto de Joey (Joey, 1985), El secreto de los fantasmas (Hollywood-Monster, 1987) o Estación lunar 44 (Moon 44, 1990). Si bien es cierto que hasta este punto sus películas son producciones alemanas, todas ellas están rodadas en inglés, con repartos internacionales y rara vez hacen alusión a su madre patria.

Una vez se integra definitivamente en (y contra) la industria estadounidense, la mayoría de sus productos responden a la perfección al peyorativo atributo de 'americanada', pero paradójicamente, todos están creados en torno a la destrucción sistemática de sus símbolos y ciudades y, en algunos casos, su ideología. Desde Soldado universal (Universal soldier, 1992), que explotaba una de las máximas de sus cuerpos de seguridad que parecen responder ante una máxima como que «el fin justifica los medios», hasta la estupidez de Anonymous (2011), que pretendía echar por tierra el prestigio del más eminente escritor en lengua inglesa, pasando por la destrucción a la que, por unas causas o por otras, les sometía en películas como Independence Day (1996),  Godzilla (1998), El día de mañana (The day after tomorrow, 2004) o 2012 (2009). 

Algo más de una década después del suceso que ha marcado la historia reciente de los Estados Unidos, da la impresión de que han levantado la veda y ya se pueden volver a destruir aquellos iconos vetados a causa de los atentados del 11-S. De esta manera, Roland Emmerich se ha apresurado en arremeter contra dos símbolos de poder tan reconocibles como el Capitolio y la Casa Blanca, montándose un nueva versión de La jungla de cristal (Die hard, 1988, John McTiernan), como ya hiciera Atoine Fuqua en Objetivo: La Casa Blanca (Olympus Has Fallen, 2013), salvo que con mucha mayor fortuna. 

Ambas películas coinciden en aprovechar el alto nivel de los actores y actrices que integran su reparto, no quizás para que puedan lucirse, pero al menos para proporcionar un mínimo de credibilidad que, desde luego, funciona mejor en este caso que en su predecesora. Ambos cineastas coincidían también en hacer una coherente reflexión que les llevaba a integrar como terroristas a algunos estadounidenses heridos por su propio Gobierno. Pero hay una sutil diferencia entre ambas películas, mientras el director estadounidense se toma absolutamente en serio su disparatada propuesta, el alemán no se la toma en serio en ningún momento, permitiendo disfrutar de su película como lo que es: un disparate pirotécnico que, no obstante, resulta bastante divertido si nos acercamos a él haciendo acopio de un sentido del humor que quizás esté más en consonancia con un tiempo pretérito y un tipo de cine algo antiguo, pero que no deja de ser moderadamente efectivo.

domingo, 1 de septiembre de 2013

Cazadores de sombras: ciudad de hueso


Título original: The Mortal Instruments: city of Bones
Año: 2013
País: EE.UU. & Alemania

Dirección: Harald Zwart
Guión: Jessica Postigo, basado en una novela de Cassandra Clare
Producción: Don Carmody & Robert Kulzer  
Fotografía: Feir Hartly Andreassen
Música: Atli Örvarsson
Montaje: Joel Negron 
Diseño de producción: François Séguin 
Dirección artística: Anthony A. Ianni
Decorados: Patricia Larman
Vestuario: Gersha Phillips
Reparto: Lily Collins, Jamie Campbell Bower, Kevin Zegers, Jemina West, Robert Sheehan, Robert Maillet, Kevin Durand, Godfrey Gao, Lena Heady, Harry Van Gorkum, CCH Pounder, Jared Harris, Jonathan Rhys Meyers, Aidan Turner, Stephen R. Hart, Chad Connell, Chris Ratz, Elyas M'Barek, Pedro Miguel Arce, Matthew Cheng, Carlos Gonzalez-Vio… 

panfletos neogóticos en forma de franquicias insoportables

Si la maquinaria industrial de Hollywood ya no entiende de cuestiones como criterio, coherencia y compromiso, estaría bueno que ahora fuéramos a exigirle una mínima aspiración artística. Ya no se trata de contar historias ni de que un cineasta exprese sus inquietudes artísticas, tan sólo de diseñar productos que puedan alcanzar el suficiente rendimiento económico en taquilla como para convertirse en franquicia. Si el sector masculino está acaparado por las películas de acción y superhéroes, el femenino parece rendirse más ante fantasías románticas que, en la mayoría de las veces, surgen de plumas igualmente femeninas. Habiendo ocasiones en las que incluso se instena fusionar ambas tendencias, como fuera el caso de Blancanieves y el leñador, y sucede ahora con Cazadores de sombras: ciudad de hueso.

Nada que ver, por supuesto, con la serie que Anne Rice iniciaba con Entrevista con el vampiro, sino más cerca del concepto literario orportunista  de J.K. Rowling, que le bastó con actualizar las aventuras fantásticas que C.S. Lewis popularizara en los años cincuenta con Las crónicas de Narnia para triunfar, primero a nivel literario y después en el cinematográfico, con las aventuras de Harry Potter. Después llegarían los edulcorados vampiros romanticones de Stephenie Meyer con Crepúsculo, cuyo público intentaría captar después otra serie como Los juegos de hambre, cuyos derechos cobra Suzanne Collins, autora de la saga, que no dudaba en plagiar con descaro la idea que Koushun Takami había plasmado en Battle Royale, que un año después Kinji Fukusama adaptaba con contundencia para el cine. Todo esto sin mencionar la innumerable lista de series de televisión, siempre vinculadas al universo femenino, que con más o menor acierto han esparcido la semilla neogótica por adolescentes neuróticos en busca de tribu urbana a través de la que poder sentirse integrados en la sociedad.

Siguiendo esta misma fiebre aterriza en las salas de cine esta nueva franquicia que reúne los tópicos de las anteriores: el toque visual neogótico, unido a la magia y la fantasía, sazonada con una insoportable historia de amor. Basta mencionar que su director, Harald Zwart, es el responsable del innecesario remake de The Karate Kid (2010), para darnos cuenta de la absoluta falta de personalidad del producto, o que su debutante guionista, Jessica Postigo, no ha podido disimular la influencia que de La guerra de las galaxias (Star wars, 1977, George Lucas) ya planeaba con toda seguridad por las novelas que adapta. Es increíble como la estrategia del plagio, que tanto abundaba en el cine mudo estadounidense, ha terminado por apropiarse de las señas de identidad de toda su filmografía. 

Si en lo que se refiere al guión y la dirección, Cazadores de sombras: ciudad de hueso, se apoya en unos pilares endebles, no mucha más estabilidad le proporciona un reparto de famosillos incipientes. Quizás la carrera de Lily Collins haya sido meteórica, con siete películas en apenas tres años, pero casi podríamos coronarla como la princesa del bodrio neogótico, contando en su trayectoria películas infames como El sicario de Dios o Blancanieves (Mirror, Mirror). Está visto que no basta con ser mona e hija de Phil Collins, sino que necesitaría un representante con algo más de criterio (y depilarse un poco las cejas). De nada le sirve tampoco a Jamie Campbell Bower haber participado en las sagas de Harry Potter y Crepúsculo, así como haber trabajado con cineastas molones (para algunos) como Tim Burton o Guy Ritchie, su incapacidad para comunicar no es inferior a su total ausencia de espontaneidad. Tampoco Robert Sheehan parece haber sacro provecho a la experiencia de una década como actor adolescente en cine y televisión para aportar algo de consistencia a su pusilánime personaje. Ni siquiera  presencias más sólidas, como Lena Heady, Jared Harris o Jonathan Rhys Meyer, aportan algo más que profesionalidad a sus personajes, permaneciendo acotados en un nivel secundario, dando la impresión de que parecen haber sido incluidos única y exclusivamente por los lazos que establecen con populares series de televisión. Por un momento me entusiasmó la presencia de CCH Pounder, pero duró muy poco.

En definitiva, Cazadores de sombras, ciudad de hueso, no deja de ser un producto bastante bien diseñado para el público al que va dirigido, pero que fracasa por su total falta de honestidad en todas sus vertientes: como película fantástica, como historia romántica, como película de acción con aires medievales o como mero entretenimiento. Casi constituye un producto más cercano a una TV-Movie de sobremesa, que a una franquicia con posibilidades de expansión. 

viernes, 30 de agosto de 2013

Kick-Ass 2


Título original: Kick-Ass 2
Año: 2013
País: EE.UU. & Reino Unido

Dirección: Jeff Wadlow
Guión: Jeff Wadlow, basado en el cómic de Mark Millar y John Romita Jr.
Producción: Adam Bohling, Tarquin Pack, Brad Pitt, David Reid & Matthew Vaughn  
Fotografía: Tim Maurice-Jones
Música: Henry Jackman & Matthew Margeson
Montaje: Eddie Hamilton 
Diseño de producción: Russell De Rozario 
Dirección artística: Joe Howard & Aleksandra Marinkovich
Decorados: Sophie Newman
Vestuario: Sammy Sheldon
Reparto: Aaron Taylor-Johnson, Chlöe Grace Moretz, Morris Chestnut, Claudia Lee, Amy Anzel, Clark Duke, Augustus Prew, Mary Kitchen, Donald Faison, Matt Steinberg, Steven Mackintosh, Monica Dolan, Garrett M. Brown, Lyndsy Fonseca, Christopher Mintz-Plasse, Yancy Butler, John Legizamo, Tom Benedict Knight, Sophie Wu, Paul Raposo, David Vena, Chris Chan, Trevor Allan Davies, Jim Carrey, Robert Emms, Lindy Booth, Cinna, Ella Purnell, Tanya Fear, Charlie Clapham, Chuck Liddell, Daniel Kaluuya, Trenyce Cobbins, Wesley Morgan, King Lau, Benedict Wong, Chantelle Chung, Andy Nyman, Tom Wu, Olga Kurkulina, Angelica Jopling, Enzo Cilenti, Dimitri Vantis, Iain Glen, Eben Young, John Bregar, Mike Chute, Christopher Cordell, Shane Daly, Kevan Kase, Martin Roach, John Schwab, Todd Boyce, Jesse Camacho, Stewart Scudamore, Mif, Rob Archer, James Cutler, Adam Bond… 

con un par no, con extraordinarias dosis de irresponsabilidad

Una película como Kick-Ass 2 no necesita crítica ni recomendación. De nada sirve hablar bien o mal de ella porque es el típico producto que levanta tantos defensores como detractores. Quizás sea esa, de hecho, su mayor cualidad. Qué duda cabe que quien disfrutó de los delirios de Matthew Vaughn en Kick-Ass, vendrá dispuesto a gozar como uno de los propios frikis que protagonizan Kick-Ass 2. De la misma manera, sus detractores encontrarán exactamente las mismas carencias y excesos que caracterizaban su predecesora, con alguna puntualización que quizás sea interesante resaltar.

Aparte de desaprovehcar a John Leguizamo y ¿salía Jim Carrey?, de entrada decir que lo mejor sigue siendo la presencia de Chlöe Grace Moretz, que consigue arrebatar con su personaje sin la necesidad de pirotecnia. Si bien la secuencia en lo alto de la furgoneta me parece absolutamente desproporcionada, encuentro hilarantes tanto su prueba como animadora, como la escatológica lección con la que castiga a su compañera de clase. Lástima que no hayan hecho de ella la protagonista absoluta, como debiera haber sido, perdiendo así una gran oportunidad de revitalizar verdaderamente la serie, por mucho que se llame como su compañero de reparto, Aaron Taylor-johnson, infinitamente mas mediocre que ella. Está claro que tiene un lugar importante, pero el miedo a perder el "encanto" de otros personajes les ha llevado a establecer un equilibrio entre Hit-Girl, Kick-Ass y su enemigo, antes conocido como 'Bruma Roja', rebautizado ahora como 'El hijoputa' —con Christopher Mintz-Plasse más cerca de la caricatura que de otra cosa—, les ha impedido crear una nueva aventura de equipo, en favor de una continuación que, si bien está perfectamente nutrida de secuencias de acción, argumentalmente es incluso más floja que su precedente.

Me cuesta entender que Hans Zimmer no vaya a interponer una demanda a Henry Jackman y Matthew Margeson, compositores de la banda sonora original, a propósito del descarado plagio que hacen de su partitura para Origen (Inception, 2010, Christopher Nolan). También me deja perplejo el nivel amateur del equipo de peluquería, incapaz de disimular las pelucas de algunos de los personajes, particularmente el flequillo postizo que Moretz luce en el primer tercio de la película. Pero lo que termina de desilusionarme es la falta de compromiso, tanto de los personajes como de Jeff Wadlow, director y autor del guión de la película. Si los primeros se empeñan en consolidarse como los defensores del bien, lo hacen a base de tomar café. Y si bien el segundo diseña unas secuencias de acción considerablemente espectaculares, lo cierto es que están más cerca de los superhéroes que pretende satirizar, que de unos frikis cuyo mayor merito es la cualidad absurda del disfraz que lucen.

Finalmente, será la contradicción la que mejor defina una película como Kick-Ass 2, que se erige en defensora del colectivo homosexual al poner en boca de Hit-Girl una frase como «tu homofobia te hace parecer más homosexual», para después abusar del estereotipo de homosexual afectado al que encima se refieren como 'insecto'. Auspiciados en favor de la comicidad vulgar y más descarada, aprovechan la misma línea xenófoba, que ya caracterizaba su precedente, para bautizar a algunos personajes, de la misma manera que hacen un uso terriblemente irresponsable de la violencia en manos de adolescentes, que es lo que, en definitiva, son la mayoría de los personajes de la película. Seguro que muchos lo encuentran muy divertido, pero para un servidor contribuye a la misma xenofobia que hace estragos actualmente en Rusia.

domingo, 18 de agosto de 2013

El llanero solitario


Título original: The lone ranger
Año: 2013
País: EE.UU.

Dirección: Gore Verbinski
Guión: Justin Haythe, Ted Elliott & Terry Rossio, basado en el serial radiofónico creado por George W. Trendle y desarrollado por Frank Striker
Producción: Jerry Bruckheimer & Gore Verbinski  
Fotografía: Bojan Bazelli
Música: Hans Zimmer
Montaje: James Haygood & Craig Wood 
Diseño de producción: Jess Gonchor 
Dirección artística: Jon Billington, Naaman Marshall, Iain McFadyen, Brad Ricker & Domenic Silvestri
Decorados: Cheryl Carasik
Vestuario: Penny Rose
Reparto: Johnny Depp, Armie Hammer, William Fitchner, Tom Wilkinson, Ruth Wilson, Helena Bonham Carter, James Badge Dale, Bryant Prince, Barry Pepper, Mason Cook, JD Cullum, Saginaw Grant, Harry Treadaway, James Frain, Joaquín Cosio, Damon Herriman, Matt O'Leary, W. Earl Brown, Timothy V. Murphy, Gil Birmingham, Damon Carney, Kevin Wiggins, Chad Brummett, Robert Baker, Lew Temle, Joseph E. Foy, Leon Rippy, Stephen Root, Randy Oglesby, Brad Greenquist, Rance Howard, Leonard Earl Howze, Travis Hammer, Steve Corona, Matthew Page, Jack Axelrod, Christopher Hagen, Freda Foh Shen, Margaret Bowman, Luz P. Mendez, Laina Loucks, Devon J. Adams, Desirae Anslover, Charlotte Cormier, Megan Pribyl, Briana Van Schuyver, Julie Stracener, Chad Randall, Jason E. Hill, Todd Anderson, Beth Bailey, Joanne Camp, John Keating, Stephen Brodie, Will Koberg, Jack Chang, Tad Jones, Robin McGee, Bob Rumnock, Grover Coulson, Tait Fletcher, Alex Knight, Argos MacCallum, David Midthunder, Allison Marie Volk, Paokey LaFarge, Joseph Glynn, Adam Hoskins, Ryan Koenig, Tom E. Rostkowski, Malachi Tsoodle-Nelson, Sean Durham, Anthony R. Burt, R.J.Kikhope, Will Kirkhope, Kenneth Love… 

piratas en el oeste

Es posible que la trayectoria comercial de Gore Verbinski haya sido espectacular, desde que debutara con aquella comedia absurda y disparatada, Un ratoncito duro de roer (Mousehunt, 1997) hasta que arrasara en taquilla de la mano de Jack Sparrow con Piratas del Caribe. En medio una road movie de estilo tarantiniano, The Mexican (2001), y una versión en inglés, The ring (2001), de una de las películas de terror japonesas que más impacto han tenido en las últimas décadas, The ring: el círculo (Ringu, 1998, Hideo Nakata). Si el público había premiado un cine realizado única y exclusivamente para entretener, la Academia premiaba su primera incursión en el cine de animación, Rango (2011), la que para un servidor constituye su mejor obra hasta la fecha. Pero, ¿estamos ante un nuevo rey Midas que convierte en oro todo lo que toca, o ante un artesano que sabe cómo colocar las piezas para que le proporcionen el mayor y mejor rendimiento?

Si Rango me pareció una obra divertida y destacada por la lectura metafórica que hacía del viejo oeste con respecto a la burbuja inmobiliaria contemporánea, no sé hasta que punto recibió el premio Oscar a la mejor película de animación por la baja calidad de sus competidoras más que por sus propios méritos. También podríamos decir que fue su apropiado oportunismo el que le brindó éxitos comerciales en sus anteriores cintas, como escoger a una pareja como Brad Pitt y Julia Roberts en un caso, o a un actriz en alza como Naomi Watts para el otro. Aunque quizás el máximo riesgo que ha asumido en su carrera fue el de decidirse a hacer una película de piratas protagonizada por el actor favorito de Tim Burton. No cabe duda de que acertó de lleno. Pero el riesgo se convierte en temeridad en el caso de El llanero solitario, porque después de tres secuelas navales, no creo que nadie quiera ver una película que no deja de ser una versión descafeinada de 'Jack Sparrow en el oeste'. O dicho de otra manera, una burda operación de marketing amparada en una revisión de los personajes creados para la radio por George W. Trendel y Fran Striker, como podrían haber sido otros personajes cualesquiera. 

A pesar de una estrategia que parte de un presente con el que se nos pretende justificar cualquier tipo de licencia sobre las aventuras de esta extraña pareja por un 'viejo oeste' reciclado, olvidándose de dotar a su relato de una dimensión contemporánea, lo que me obliga a hacerme la eterna pregunta: ¿Era necesario hacer esta película en este momento?  Ni Armie Hammer consigue conquistar con su atractivo de revista, ni Johnny Depp con unas payasadas que de tan vistas resultan no sólo previsibles, sino mortalmente aburridas. El guiño a Tim Burton se duplica con la inclusión de Helena-Bonham Carter, ya totalmente atrapada en un cine comercial que si bien le facilita una extraordinaria popularidad, flaco favor le hace a su credibilidad.

Risa me dan las declaraciones de uno de los productores de la película, Jerry Bruckheimer, convencido de que el público actual ha quedado poderosamente impactado por su película, por lo que no ha sabido reaccionar ni valorarla en su medida, siendo el tiempo el que le dará la razón. Efectivamente, el tiempo e ha encargado de demostrar que por mucho dinero que haya hecho con las aventuras de Jack Sparrow, no fueron más que un espejismo de la época en la que estaban hechas, puesto que hoy en día resultan tan aburridas y plomizas como las de Tonto y John Reid. Quizás antaño, tuviera un aguzado sexto sentido para producir blockbusters, pero está claro que incluso los espectadores menos exigentes llegan a cansarse de que les tomen el pelo.

sábado, 17 de agosto de 2013

Exorcismo en Georgia


Título original: The Haunting in Conneticut 2: Ghost of Georgia
Año: 2013
País: EE.UU.

Dirección: Tom Elkins
Guión: David Coggeshall
Producción: Paul Brooks & Scott Niemeyer  
Fotografía: Yaron Levy
Música: Michael Wandmacher
Montaje: Tom Elkins & Elliot Greenberg 
Dirección artística: Jeremy Woolsey
Decorados: Erika Rice
Vestuario: Dane Embree & Jennifer Kamrath
Reparto: Abigail Spencer, Morgana Shaw, Emily Alyn Lind, Chad Michael Murray, Grant James, Katee Sackhoff, Mary Louise Coffee, Lauren Pennington, Sam Polin, Lance E. Nichols, Jaren Mitchell, Cicely Tyson, Brad James, Wayne Pére, Hunter Burke, C. Stuart Rome, John T. Wilson Jr., Adolph Voight, Darrell Frey, Thomas Daniel, Gabe Bourdeaux, Andrea Franke, Idella Johnson, Tyler Humphrey, Michael Daingerfield, Barbara Tyson, Fiona Hogan, Tom Elkins, Peter Forest, Shadoe Knight, Britney Brown, Jimez Alexander, Shamerick Simoneuax… 

fantasmas que no se toman la medicación

En un país tan paranoico como los Estados Unidos las conspiraciones parecen instalarse de tal manera en el subconsciente de la población que son incapaces de separarlas de la idea de la que surge una sencilla película de terror. La peregrina serie iniciada con Exorcismo en Conneticut (The Haunting on Conneticut, 2009, Peter Cornwell), nos pone en bandeja una franquicia que pareciera diseñada para luchar contra la especulación bancaria. Luces rojas se encienden en mi subconsciente con el eslogan: ¡no compres casas de segunda mano, sólo casas de obra nueva! 

No me cabe duda de que muchos pensarán que es la que es peregrina mi idea, pero es que me resulta imposible digerir una serie de películas absurdas que pretenden vendernos auténticas patrañas como historias reales. Quizás sólo se refieren a la base del relato, en el caso de Exorcismo en Conneticut referente a una funeraria que momificaba a las víctimas de sus sesiones de espiritismo, y en le de Exorcismo en Georgia en relación al jefe de estación que ayudaba a los esclavos que huían del sur durante la guerra de secesión, aunque no a todos…

El hecho de que se lo tomen todo tan asombrosamente en serio, incapaces de añadir sentido del humor, no provoca más que un distanciamiento con el relato. La experiencia adquiere proporciones delirantes en el momento en que intentan dotar de credibilidad a la historia con las fotografías de las personas reales que se supone vivieron la experiencia. Quizás sean quienes viven actualmente en esas casas, pero si seguimos aquel refrán que dice "piensa mal y acertarás", está claro que fueron todas escogidas en un casting de "personas normales" o más bien auténticos paletos de la América más profunda y oscura. 

Podría admitir que, efectivamente, podrían ser las personas reales, pero me parece asombrosamente irresponsable que nos vendan su historia y las de los anteriores propietarios de sus casas como historias de fantasmas y posesiones demoníacas. Punto en el que verdaderamente fracasa una película queda reducida a una sucesión de sustos sin sentido.