Año: 2009
Nacionalidad: Chile
Dirección: Sebastián Silva
Guión: Sebastián Silva & Pedro Peirano
Producción: Gregorio González
Fotografía: Sergio Armstrong
Montaje: Danielle Fillios
Dirección Artística: Pablo González
Reparto: Catalina Saavedra, Claudia Celedón, Alejandro Goic, Andrea García-Huidobro, Mariana Loyola, Agustín Silva, Darok Orellana, Sebastián La Rivera, Mercedes Villanueva, Anita Reeves, Delfina Guzmán, Luis Dubó, Luis Muñoz, Andreina Olivarí, Gloria Canales, Luis Wigdorsky, Juan Pablo Arenas…
¡¡cómo está el servicio!!
La nana sorprende de principio a fin por ser una película completa que contiene drama, terror, comedia, denuncia social, estudio psicológico, familia, soledad, amor… todo ello reforzado una sencilla pero impactante puesta en escena y un espectacular reparto.
Raquel es una criada al servicio de una familia por 23 años. Su familia profesional le agasaja en el día de su cumpleaños con una tarta y varios regalos. Ya en su cuarto Raquel, que ha establecido un vínculo personal con algunos de los familiares, desprecia alguno de los presentes. El problema se hace evidente cuando esta animadversión por la hija mayor, Camila, traspasa el ámbito de su intimidad. Camila comparte con su madre, sus sentimientos. Pero Pilar, se niega a despedir a la que ha quien ha criado realmente a sus hijos desde que nacieron y decide buscar otra solución: contratar una ayudante para Raquel, algo que la nana no va a tolerar.
Cómo es posible que las carteleras de los cines españoles sigan copados por la basura que llega de Hollywood cuando en mil y un lugares del mundo se hace un cine mucho más rico, sorprendente, sensible, inquietante, divertido, terrorífico y estimulante, y con muchos menos medios, lo cual a la postre demuestra que es un cine más digno y responsable. No extraña en absoluto la cantidad de premios que ha recibido en el Festival de Sundance, el Miami International Film Festival, en numerosos festivales latinoamericanos como el Festival Internacional de Cine de Cartagena de Indias, el Festival Internacional de Cine de Guadalajara, el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de la Havana, el Festival de Lima, entre otros, o traspasando el charco los que recibe en el Festival de Cine Iberoamericano de Huelva o el Festival de Cine de América Latina de Biarritz.
La nana es un magnífico filme se mire por donde se mire, empezando por su estupendo guión que, centrándose en Raquel, nos muestra su comportamiento, pero no lo que piensa ni lo que siente, tendremos que deducirlo o interpretarlo de sus acciones. Por eso nos mantiene atentos a ciertos síntomas, como la medicación y los desmayos, que nos hacen prever que Raquel no es una loca o desquiciada al estilo del cine de Hollywood como La mano que mece la cuna (The Hand That Rocks the Cradle, 1992, Curtis Hanson). Raquel es una persona de la que no conocemos su pasado, cómo es la relación con su madre, por qué le pide perdón, ¿no ha tenido relaciones sexuales?, tantas y tantas dudas que se dejan entrever pero no se confirman, para que sea el espectador el que decida y especule sobre su pasado e intente entender a esta mujer.
La labor de su joven director, Sebastián Silva, que utiliza la cámara siempre en función de la historia que cuenta, sin artificios, sin aditivos. Muestra lo que debe en el momento oportuno, presta atención sólo a lo importante, a lo relevante, sin caer en recursos facilones ni en recursos de género. Apela a la realidad e intenta ayudarnos a penetrar en la intimidad de Raquel. Impecable.
El riesgo de tan cuidada puesta escena recae, finalmente, en el elenco de actores. Todos los integrantes del reparto no parecen actores, parecen personas reales capturadas por una cámara invisible. Me quedo asombrado de la verosimilitud con la que son interpretados unos personajes tan complicados psicológicamente.
Todos están espléndidos, pero, la sutilidad que proporciona Claudia Celedón haciendo su personaje de Pilar, la señora, la madre, la jefa que tiene que lidiar con las quejas de su hija, Camila (Andrea García-Huidobro), sabiendo que tiene razón, pero se niega a desprenderse de Raquel porque sabe ver algo más, algo que nosotros, al principio, tampoco vemos. Pilar es un personaje ambiguo, que parece simplón y falto de carácter, pero que Claudia sabe dotar de coherencia y personalidad. También Catalina Saavedra defiende a la perfección su personaje, mostrando creíbles y verosímiles sus cambios de humor, sus miradas, sus gestos, transmitiéndonos el miedo que ella tiene a perder lo que le ha costado ganar. Nos da miedo, nos hace reír, nos hace llorar. Ambas coincidieran también en la ópera prima de Sebastián, La vida me mata (2007). Por último es obligado resaltar la de Mariana Loyola, que nos ayuda a entender y apreciar el valor de dar sin esperar nada a cambio.
En la primera secuencia de La nana vemos a Raquel comiendo sola en la cocina. La cámara se acerca a ella y Raquel mira directamente al objetivo. Nos mira a nosotros en la que además es la misma imagen del cartel. Esta apelación al espectador no es una advertencia sobre todo lo que podría hacernos, más bien es todo lo contrario, una llamada de auxilio, un grito de socorro. El problema de Raquel es que necesita irremediablemente al otro, alguien que ablande su cerrado corazón tan falto de afecto. Necesita un modelo al que devolverle aquello que recibe, si recibe desconfianza devuelve lo peor de sí misma, pero si le das cariño, la miras con ternura y la abrazas y mimas, se vuelve un manso corderito.
Publicada originalmente en EXTRACINE
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