miércoles, 30 de noviembre de 2011

Un método peligroso


Título original: A Dangerous Method
Año: 2011
País: Reino Unido, Alemania, Suiza & Canadá

Dirección: David Cronenberg
Guión: Christopher hampón, basado en su propia obra de teatro, que adapta una novela de John Kerr
Producción: Jeremy Thomas 
Fotografía: Peter Suschitzky
Música: Howard Shore
Montaje: Ronald Sanders
Diseño de producción: James McAteer
Dirección artística: Anja Fromm, Nina Hirschberg, Frances Soeder & Sebastian Soukup
Decorados: Gernot Thöndel
Vestuario: Denise Cronenberg
Reparto: Keira Knightley, Viggo Mortensen, Michael Fassbender, Vincent Cassel, Sarah Gadon, André Hennicke, Arndt Schwering- Sohnrey, Mignon Remé, Mareike Carrière, Franziska Arndt, Wladimir Matuchin, André Dietz, Anna Thalbach, Sarah Marecek, Bjorn, Geske, Makus Haase, Christian Serritiello, Clemens Giebel, Theo Meller, Jost Grix, Severin von Hoensbroech, Torsten Knipperz,tz, Dirk S. Greis, Katharina Palm, Nina Azizi, Julie Chevallier, Cynthia Cosima, Mirko Naeger- Guckeisen, Julia Mack, Andrea Magro, Aaron Keller, Nadine Salomon, Naike Jaszczyk, sarah Adams… 

cómo se les ocurriría probarlo con Keira

Es difícil comenzar a hablar de A Dangerous Method, la última película dirigida por el inquietante David Cronenberg, sobre todo porque se trata de uno de mis directores favoritos. Desde luego desconozco el método que ha utilizado para realizar su película, pero lo que sí que es cierto es que se ha tropezado con dos grandes inconvenientes: una de las peores y más olvidables interpretaciones que nadie se pueda imaginar, por parte de Keira Knightley, y el error de llamar al autor de una obra de teatro, Christopher Hampton, para que realice él mismo la adaptación a guión cinematográfico. Lo cual no exonera al cineasta canadiense de su responsabilidad en el resultado final. Una película que ni sé cual es el tema que desarrolla ni, desde luego, lo que quería contar con ella.

Como digo el primer escollo de la película comienza en el momento en que aparece en pantalla la cara desencajada de Keira Knightley. Un papel que hubiera bordado a la perfección Helena Bonham Carter y que ciertamente recuerda bastante aquel personaje tan emocional que interpretara en Howards End, o quizás Emily Watson, que con su interpretación en Breaking the Waves demostraba que una persona podía ser puro sentimiento sin parecer por ello una histérica desequilibrada. Y eso es justamente lo que hace Keira Knightley, que una mujer que no comprende sus impulsos sexuales, o se avergüenza de ellos, debe comportarse como una perra, loca, histérica y salvaje, regalándonos la colección de muecas, caretos y posturas más histriónicas e insoportables que un servidor haya visto nunca en la gran pantalla.

Cada nuevo plano en que vemos la mandíbula desbocada de la actriz británica basta para echar a perder los esfuerzos de Michael Fassbender y Viggo Mortensen por hacer creíbles sus personajes. Si la hubieran realizado con la técnica estroboscópica, desde luego, habría sido toda un experiencia terrorífica. ¿Cómo va a enamorarse nadie de una dentadura batiente? ¡Una cosa es que sea guapa, pero el personaje que interpreta es insoportable! En ningún momento despierta ternura, ni comprensión ni empatía alguna. Lo que me lleva a la otra cuestión de la película: la adaptación de obra de teatro a guión cinematográfico.

A Dangerous Method es una película llena de diálogos y frases y textos y palabras. Y cuando llega una acción, nunca supone realmente nada para la evolución de la historia, lo que me lleva a pensar que el principal error se esconde detrás de la elección del propio autor teatral para abordar la adaptación cinematográfica pues, pareciera que Christopher Hampton estuviera demasiado apegado a sus textos. No deja que las acciones fluyan, y obliga a sus personajes a decir las conclusiones a las que hubiera debido llegar el espectador por sí mismo, dejando inválidas las propuestas de cualquiera de los personajes, por interesantes como puedan ser algunas de ellas.

Quizás la culpa es mía por esperar una película con el sello de David Cronenberg, pero es que de eso se trata, sobre todo cuando incluye personajes como Carl Jung y Sigmund Freud y cuando se tratan temas como el sadomasoquismo. Pero no encuentro ni rastro del morbo que había en Videodrome, Inseparables (Dead Ringers) o Crash, que está representado en A Dangerous Method como si hubieran quedado para tomar café. David Cronenberg parece tan sobrepasado por las (pocas) acciones de sus personajes como el propio Carl Jung (Michael Fassbender), que en su insistencia en parecer normal, llega a convertirse en el más enfermo y anormal de todos los personajes. ¿Sería este el tema de la película? Sinceramente y parafraseando a Rhett Butler, a estas alturas de la película ya me importa un bledo.

Publicado originalmente en EXTRACINE

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