Título original: Evil Dead
Año: 2013
País: EE.UU.
Dirección: Fede Álvarez
Guión: Fede Álvarez y Rodo Sayaques, basado en un guión original de Sam Raimi
Producción: Bruce Capbell, Sam Raimi & Robert G. Tapert
Fotografía: Aaron Morton
Música: Roque Baños
Montaje: Bryan Shaw
Diseño de producción: Robert Gillies
Vestuario: Sarah Voon
Reparto: Jane Levy, Shiloh Fernandez, Lou Taylor Pucci, Jessica Lucas, Elizabeth Blackmore, Phoenix Connolly, Jim McLarty, Sian Davis, Stephen Butterworth, Karl Willetts, Randal Wilson, Rupert Degas, Bob Dorian, Ellen Sandweiss, Inca…
el festival de sangre y casería fina que estabas esperando
Tan complicado como al propio Fede Álvarez debió resultarle enfrentarse a la realización de un remake de The Evil Dead, la película de culto con la que Sam Raimi debutara en 1981, le resulta a un servidor enfrentarse a la crítica de Evil Dead, al igual que al público que vio la original en su momento no podrá evitar hacer comparaciones constantemente. Decir que aquellos que no hayan visto nunca la película protagonizada por Bruce Campbell están en ventaja, quizás no sea tampoco muy preciso, porque no sé hasta qué punto van a entender las nuevas generaciones aquella dicotomía tan precisa entre humor y terror, que si bien encontró su auge en el cine de los ochenta, no se cultiva excesivamente en la actualidad. Lo que no cabe duda es que si a esa sencilla ecuación le añades litros de sangre y momentos escabrosos como nunca te habías imaginado, seguro que consigues disfrutar con una película para la que es mejor prescindir de cualquier tipo de prejuicios y correr el riesgo de dejarte llevar.
Y así me propongo abordar la crítica de Evil Dead, dejándome llevar y sintiendo aquello que prometían en el eslogan promotional de la película "the most terrifying film you will ver experience", que vendría a marcar el énfasis en la experiencia de sentir el terror. Podremos discutir la calidad del guión, en el que finalmente no aparece acreditada Diablo Cody, habiéndose limitado únicamente a establecer si las gorras y suéteres que lucen los protagonistas son realmente yankees y no señas latinoamericanas, pero lo que Evil Dead consigue realmente es que el tiempo que dura la película sientas el peor rato posible que pudieras imaginar en un cine. Cierto es que sólo funciona a nivel sensorial y que una vez que termina la película, no queda rastro de esa sensación, pero intuyo que muchos lo agradecerán.
Por un lado, la nueva Posesión infernal funciona a un nivel primario porque consigue hacer de sí misma un curioso ejemplo de película de terror impresionista. La cuidada ambientación, el logradísimo maquillaje y los efectos especiales, una banda sonora al servicio de lo imprevisto y unas interpretaciones entregadas al desgarro y la desesperación con la que viven la experiencia sus protagonistas, permiten que el espectador sienta en su piel los golpes, los cortes, los gritos y hasta los fluidos mismos. Y sin 3D. Por otro lado, se agradece el intento por dotar a los personajes de una (mínima) dimensión psicológica que contribuya a distinguir el homenaje a su predecesora del giro dramático. En ese sentido aprovecha muy bien la información con la que la mayoría de los espectadores llegan a la película. Por ejemplo y sin entrar en spoilers, en la primera encerraban a una de las jóvenes en el sótano, aquí también lo hacen, pero no exactamente por el mismo motivo. Un giro que más que argumental se me antoja emocional y que funciona muy bien.
Tampoco es que nos vayamos a encontrar con el colmo de los giros de guión ni cosas por el estilo, pero cierto es que (creo) nadie lo pretende. Posesión infernal ofrece diversión palpable e inmediata, que consigue sin complicarse la vida, quizás peque de autocomplaciente, pero no creo que nadie le exija mucho más. Basta fijarse en la primera secuencia, planteada como un prólogo inconexo con el desarrollo de la acción, pero que justifica tanto la anterior como la posterior, para saber si vas a entrar o no a trapo con la película. Si lo haces, seguro que disfrutas con clásicos como la maravillosa violación de la naturaleza, la automutilación, el avance en cámara subjetiva de las fuerzas del mal y los chorros de vísceras y sangre desparramados por doquier. Si bien es cierto que en su momento me gustó muchísimo más Evil Dead 2 que su precedente, no dudo que en este caso nos esperan muchas más sorpresas con la secuela, que seguro conseguirá hacernos pasar un rato todavía mejor (o peor) a través de un relato que ya no tendrá que rendir cuentas a su precedente ochentera porque seguro discurre por su propio camino.
Publicado originalmente en EXTRACINE
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