Título original: The new daughter
Año: 2009
País: EE.UU.
Dirección: Luis
Berdejo
Guión: John
Travis, basado en un relato corto de John Connolly
Producción: Peter
Brooks
Fotografía: Checco
Varese
Música: Javier
Navarrete
Montaje: Tom
Elkins & Robb Sullivan
Diseño de producción:
Chris Shriver
Decorados: Check
Potter
Vestuario: Dana
Campbell
Reparto: Kevin
Costner, Ivana Baquero, Samantha Mathis, Cattlin Griffith, Eric Palladito, Noah
Taylor, James Gammon, Sandra Ellis Lafferty, Margaret Anne Florence,
Christopher Harvey, Brynn Massey, Martin Thompson, Nevaina Graves Rhodes, Eob
Bonz, James Middleton, Ralph LaCorte, Guy Perry, Edmund Entin, Gary Entin...
qué hacer cuando tu hija se vuelve gótica
Presente en la sección oficial de Sitges 2010 y
protagonizada por Kevin Costner, The New Daughter es también la flamante
ópera prima de Luis Berdejo, que debuta directamente en una producción
completamente estadounidense.
Conocido tan sólo por ser el responsable de los guiones de las populares [Rec] (2007, Jaume Balagueró & Paco Plaza) o Imago mortis (2009, Stefano Bessoni), Luis Berdejo consigue un logro insólito en el panorama cinematográfico español —-lo que algunos identificarán con el sueño americano—-, debutando en el seno de la industria estadounidense, y sin estar realmente avalado por trabajos previos o premiados que pudieran justificar la oportunidad conseguida. Encima no aprovecha su éxito para lanzar una descomunal campaña de comunicación que consiga alimentar el morbo por ver su película, sino que espera para que la calidad de su trabajo hable por sí mismo.
No es la suya la única presencia española, sino que la
película está protagonizada, además de por Kevin Costner, que no necesita
presentación, por Ivana Baquero —-Ofelia en El laberinto del fauno (2006, Guillermo del Toro)—-, que
ofrece una sobresaliente interpretación en inglés, demostrando que va por el camino
de convertirse en una espléndida actriz internacional. Le acompaña Javier
Navarrete en la composición de la banda sonora, quien se está introduciendo
lentamente en el mercado internacional, como consecuencia de su partitura para El laberinto del fauno, y que ya destacara anteriormente en multitud de
títulos dentro del género de terror y fantástico como El alquimista
impaciente (2002, Patricia Ferreira), El espinazo del diablo (2001, Guillermo del Toro), 99.9 (1997, Agustí Villaronga) , Atolladero (1995, Óscar Aibar) o, la magnífica ópera prima
de Agustí Villaronga, Tras el cristal (1987).
Uno de los mayores aciertos de esta inquietante película es
que el relato funciona a dos niveles: el realista y el fantástico. Pero no como
si uno excluyese al otro, sino formando ambos parte del mismo discurso, igual
que en Mi vecino Totoro (Tonari no Totoro, 1988, Hayao Miyazaki), uno de los claros referentes que
podemos encontrar en The New Daughter. Igual que en la obra maestra de Hayao
Miyazaki, nos encontramos con un núcleo familiar en el que está ausente la
madre, también tienen que encontrar su lugar en un nuevo entorno, que no sólo
incluye la adaptación a una nueva casa, sino que además supone el contacto con
la naturaleza y la ruptura con lo urbano. Tampoco se nos debe escapar que
Totoro acostado en el campo no se ve muy diferente a la apariencia del
montículo que se encuentran Louisa (Ivana Baquero) y Sam (Gattlin Griffith).
La diferencia es que si en Mi vecino Totoro el viaje fantástico les hace descubrir el maravilloso mundo de la
naturaleza, aquí embarca a Louisa en el viaje hacia su lado más perverso, el de
la adolescente que no puede asimilar los cambios ante la pérdida de la madre y
rechaza adaptarse a su nueva realidad en la que incluso sus nuevas compañeras
de instituto se muestran hostiles.
Más allá de la presencia real de lo fantástico, es
precisamente esa doble lectura la que imprime una sorprendente dimensión a este
thriller psicológico, pues aunque el acercamiento visual sea característico del
cine de terror, el desarrollo de los personajes es plenamente dramático,
identificándose el espectador con la impotencia de un padre —-estupendamente
interpretado por Kevin Costner—- que no comprende los cambios que experimenta
la que antes era su adorada hijita, y que no son más que los característicos de
cualquier adolescente inadaptada. En esta línea contiene también una alusión a
otra película con adolescente cuyos cambios físicos despiertan una nueva
realidad sobrenatural a la protagonista, tal y como sucede en Carrie (1976, Brian De Palma), donde
la llegada de la menstruación y ese cambio de niña a mujer, supone la
liberación de su poder telequinésico.
Visualmente formal y elegante, destaca en The New Daughter la sutilidad con la que se introducen los elementos, ya no sobrenaturales, sino
salvajes. Luis Berdejo huye de un tipo de terror impactante, basado en la
sorpresa tramposa (lo que vulgarmente se conoce como cine de sustos) y, si bien
decide evidenciar en un momento determinado la amenaza al espectador para
evitar especulaciones, utiliza a menudo el fuera de campo para que la
imaginación del espectador sea la que desarrolle y amplíe la fuerza del relato.
Tal y como sucede con la compañera acosadora de Louisa que acaba con el brazo
roto y en donde intuimos lo que ha sucedido, pero no lo hemos visto. Sucede
también en la secuencia del angustioso asalto a Mrs. Anworth (Sandra Ellis
Lafferty), en la que no vemos su amenaza, aunque intuimos lo que es y no vemos
cómo se produce el ataque, aunque nos imaginamos lo peor.
Tampoco faltarán aquellos que encuentren similitudes
estéticas con la maravillosa serie creada por Mark Frost y David Lynch, Twin
Peaks (1990-1991), en la que los misterios de la naturaleza formaban parte de las vidas
del idílico pueblo montañero, plagado de adolescentes con problemas
emocionales. Asimismo, una de las series que nacieran por la influencia de este
acercamiento a los sobrenatural, Expediente X (The X Files, 1993-2002, Chris Carter), cuenta en uno de sus episodios
un caso de naturalezas similares a las narradas en The New Daughter.
En definitiva, una excelente oportunidad para disfrutar de
una inquietante película capaz de introducir en el espectador ese sentimiento
de angustia, que tanto placer nos provoca a algunos, y que e introduce con
lentitud, pero con seguridad y firmeza en la mente del espectador. Por lo menos
de este.
Publicado originalmente en EXTRACINE
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