Título original: Somewhere
Año: 2010
País: EE.UU.
Dirección: Sofia
Coppola
Guión: Sofia
Coppola
Producción: G.
Mac Brown, Roman Coppola, Sofia Coppola & Jordan Stone
Fotografía: Harris
Savides
Música: Phoenix
Montaje: Sarah
Flack
Diseño de producción:
Anne Ross
Dirección artística:
Andrea Rosso & Shane Valentino
Decorados: Fainche
MacCarthy
Vestuario: Stacey
Battat
Reparto: Stephen
Dorff, Elle Fanning, Chris Pontius, Erin Wasson, Alexandra Williams, Nathalie
Fay, Kristina Shannon, Karissa Shannon, John Prudhont, Ruby Corley, Angela
Lindvall, Maryna Linchuk, Meghan Collision, Jessica Miller, Lala Sloatman, Renée
Roca, Aurélien J.C., Lauren Hastings, Amanda Anka, Ellie Kemper, Brian Gattas,
Randa Walker, Michelle Monaghan, Sylvia Desrochers, Christopher James Taylor,
Silvia Bizio, Noel De Souza, Lisa Lu, Alexander Nevsky, Aida Levy…
ninguna posibilidad de alcanzar el arco iris
Flamante ganadora del León de Oro en el último Festival de
Venecia, Somewhere es la última mirada sobre el universo adolescente femenino
de Sofia Copola, esta vez vinculada a su relación con un padre perdido dentro
de sí mismo, que aunque es un relato bello y denso (...), puede llegar a ser excesivamente intelectual, lo que
no parece vaticinar que vaya a ser muy popular.
La primera secuencia de la película no deja lugar a dudas,
Johnny Marco (Stephen Dorff) da vueltas en un circuito de carreras en un
trayecto que no le lleva a ningún sitio. Metáfora de una existencia entregado
al hedonismo, tan sólo consegue conectar con la realidad cuando pasa unos
inesperados días con su hija Cleo (Elle Fanning), que a su corta edad está más
capacitada para cuidar de su padre, que él de ella.
Es difícil establecer hasta que punto podemos encontrar
datos autobiográficos de Sofia Coppola en su película, pero no podemos eludir
que la selección de la pareja protagonista puede contener algún guiño a sí
misma pues, aunque no haya sido precisamente una niña prolífica en las
pantallas en su adolescencia, como Stephen Dorff, sí llegó a participar en
algunas de las películas de su propio padre como La ley de la calle (Rumble Fish, 1983, Francis Ford Coppola), The Cotton Club (1984, Francis Ford Coppola) o
aquel glorioso cortometraje de Tim Burton, Frankenweenie (1984), antes de
protagonizar El padrino, parte III (The Godfather: Part III, 1990, Francis Ford Coppola). Por otro lado, igual que Cloe, conoce
desde pequeña los entresijos de una profesión que finalmente se ha convertido
también en la suya, aunque sea al otro lado de la cámara.
Precisamente, también en la elección de Elle Fanning,
hermana de Dakota Fanning, podemos encontrar otro guiño a la experiencia
cinematográfica desde un punto de vista familiar y completamente desmitificado,
que no parece entender la fascinación que un ser querido despierta en los
espectadores, cuando para ella no es más que su padre. No es nada gratuito que
Cleo comente las novelas de Stephenie Meyer, en cuyas versiones
cinematográficas participa su propia hermana, ligando ficción y realidad dentro
y fuera de la pantalla.
Stephen Dorff defiende muy bien su personaje, pero quizás la
que capta toda la atención del espectador sea Elle Fanning, que consigue dotar
a su personaje de una profundidad, carisma y encanto tales que algún espectador
puede lamentar que no sea la protagonista de toda la película.
Plegándose a las necesidades de su personaje protagonista,
Johnny, perdido, desorientado, sin rumbo ni capacidad de reacción, inmóvil ante
las cosas que le suceden, Sofia Coppola ancla su cámara al suelo que no mueve en casi ningún plano de la película. Aunque los personajes se salgan
del encuadre. Un estilo cinematográfico que parece más oriental que occidental,
pero volviendo a las raíces familiares, recordemos que el cine de Akira
Kurosawa siempre ha sido uno de los referentes de su propio padre, Francis Ford
Coppola.
Si en la mencionada primera secuencia de Somewhere debemos
esperar a que el protagonista de tres o cuatro vueltas al circuito por el que
corre con su coche, a lo largo de todo el metraje el espectador debe también
hacer acopio de toda su paciencia para asimilar un relato en el que debe
interpretar las imágenes y acciones que se desarrollan, sacando sus propias
conclusiones y tratando de entender a unos personajes que no porque no hablan
no cuentan nada, sino que precisamente su silencio transmite, con evidente
elocuencia, que no tienen nada que decir.
Estamos pues ante una reflexión, no sobre el medio
cinematográfico, sino sobre el supuesto star system de la meca del cine, que
parece erigida para crear sueños, cuando sus habitantes no viven más que una
pesadilla, tanto los que no alcanzan su sueño de convertirse en estrellas de
cine, como los que lo alcanzan de lleno.
Publicado originalmente en EXTRACINE
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