Título original: The
Green Hornet
Año: 2011
País: EE.UU.
Dirección: Michel
Gondry
Guión: Seth Rogen
& Evan Goldberg
Producción: Juan Neal
H. Moritz
Fotografía: John
Schwartzman
Música: James
Newton Howard
Montaje: Michael
Tronick
Diseño de producción:
Owen Paterson
Dirección artística:
Benjamin Edelberg, Chad S. Frey & Grez Papalia
Decorados: Ronald
R. Reiss
Vestuario: Kym
Barrett
Reparto: Seth
Rogen, John Cho, Cameron Diaz, Tom Wilkinson, Chistoph Waltz, David Harbour,
Edgard james Olmos, Jamie Harris, Edward Furlong, Jill Remez, Joe O’Connor,
Morgan Rusler, Joshua Erenberg, Analeigh Tipton, Taylor Cole, Robert
Clotworthy, Jamison Yang, Michael Holden, Irene White, Gary Davis, Billy Mayo,
Brandon Rudat, Beverly Brooks, Lu Parker, Diane Mizota, Theodore Bressman, Dave
Rickley, Dina Mamedova, Tanner Gill, George Fisher, Daniel Arrias, Eddie Perez,
Bryan Thompson, Reuben Langdon, Amir Abadía, Alexandra Lord, Christy Petersen,
Frederick C. Ruiz, Keith Adams, Dennis Keiffer, Travon Magee, Jerry Trimble…
más bien zángano y mejor todavía desteñido
Parece que se está convirtiendo en una máxima a tener en
cuenta el hecho de que cuanto mayor es la cantidad de dinero invertida en la
promoción de una película, inversamente proporcional es su calidad artística
porque pareciera que el aguijón de The Green Hornet, se hubiera pinchado a sí
mismo, desinflándose minuto a minuto.
Basada en un serial readiofónico convertido en cómic, en
serie cinematográfica y después televisiva en los años sesenta, que
precisamente sirviera como vehículo para popularizar a Bruce Lee en el mercado
estadounidense y por extensión a favorecer un mayor protagonismo de su
personaje, Kato, el principal problema de esta versión dirigida por Michel
Gondry es, precisamente, que todos los personajes tienen mucho más carisma,
interés y personalidad que su protagonista: Britt Reid/Green Hornet (Seth
Rogen).
Pocas dudas me caben sobre la responsabilidad de esta
carencia, que recae en el mismo actor que lo personifica, Seth Rogen, que es
también uno de los guionistas de la película junto a Evan Goldberg. Como equipo
no consiguen dotar a esta (que espero sea única) aventura cinematográfica de
otro millonario excéntrico con una línea de acción que desarrolle un incremento
de la atención por parte del espectador, sino todo lo contrario. Individualmente,
el actor, tampoco consigue dotar de una mínima simpatía que permita crear una
empatía con su personaje, sino, también, lo opuesto, lo convierte en un
insoportable cretino.
Tampoco es justo echar balones fuera con el objetivo de
librar de toda culpa al creador de filmes como Olvídate de mi (Eternal Sunshine of the
Spotless Mind, 2004, Michel Gondry), viedoclips como Bachelorette para Björk, o anuncios de
publicidad como el de Smirnoff para el que inventara el plano de tiempo
congelado —-errónea y absurdamente atribuido a Matrix (The Matrix, 1999, Andy & Lana Wachovski). Este creador
audiovisual, capaz de generar una correspondencia entre los lenguajes de la
animación, la publicidad, el videoclip y el cine, decide acotar esa imaginería
visual que a tantos nos fascina a cuatro breves y marcadas secuencias, como los
prodigiosos momentos en los que Kato (Jay Chuo) entra en acción, la secuencia
del restaurante en la que Green Hornet recompone lo que el espectador ya tiene
más que claro, y la secuencia de créditos finales, única justificación para
utilizar el 3D —-absolutamente desaprovechado e innecesario en el resto de la
película.
Los mejores y más divertidos momentos de The Green Hornet —-que los tiene—- se encuentran en la presentación de todos y cada uno de los
personajes secundarios, como la de Chudnofsky, espléndido Christoph Waltz que
apenas puede volver a mostrar el encanto de su personaje en le resto de la
película; o la de Lenore Cas, maravillosa Cameron Diaz, capaz de ser
inteligente e ingenua en el mismo plano; y, sobre todo, la de Kato,
impresionante Jay Chou, auténtico protagonista de la película y único
personaje, junto al de Cameron Diaz, que motiva para no abandonar la proyección
y del que más que una secuela, sería deseable abordaran un spin off de su
personaje.
A pesar de que la película tenga un buen comienzo, estos
tres clavos ardientes sirven para soportar la impertinencia de Britt Reid/Green
Hornet que, finalmente, consigue iniciar una vertiginosa línea descendente que
precipita hacia el más absoluto aburrimiento al más entregado de los espectadores.
Publicado originalmente en EXTRACINE
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