sábado, 15 de enero de 2011

The edge


Título original: Kray
Año: 2010
País: Rusia

Dirección: Aleksei Uchitel
Guión: Aleksandr Gonorovsky
Producción: Kira Saksaganskaya
Fotografía: Yuri Klimenko
Música: David Holmes
Reparto: Vladimir Mashkov, Anjorka Strechel, Yulia Poluyan, Sergei Garmash…

los desastres de la ausencia de información


Entre las películas nominadas a los Globos de Oro, se encuentra el filme ruso Kray (The Edge), en la categoría de mejor película extranjera, estando también en la carrera para conseguir una nominación a los Oscar.

Ambientado en la Siberia posbélica de 1945, Aleksei Uchitel nos cuenta, en su sexto largometraje de ficción, la historia de Ignat (Vladimir Mashkov) un antiguo héroe soviético, traumatizado por la guerra y con una fuerte personalidad dominante, que encuentra una salida a su frustración a través del manejo de locomotoras. Conocedor de la existencia de una locomotora abandonada en una isla, parte para intentar recuperarla, encontrándose allí con Elsa (Anjorka Strechel), una joven alemana que ha pasado todo el período bélico atrapada en la isla, desconocedora de la guerra que se ha librado.

Como es tradición en la escuela rusa, las interpretaciones de todos y cada uno de los componentes del reparto no permiten que pestañeemos a lo largo de un relato más complejo de lo que pueda parecer a simple vista en el que parece establecerse una metáfora hacia el comunismo pues pareciera que mientras unos personajes actúan de manera individual, los otros lo hacen de una manera colectiva.

Una cosa tienen en común el individuo y el colectivo tanto en la acción interna de la película, como en la sociedad en la que se desarrolla esta acción, y es la ausencia de información: en el caso de Elsa porque su retiro involuntario y fortuito en una isla no le ha permitido conocer los motivos y efectos de una guerra que por el simple hecho de ser alemana despierta el rechazo del colectivo, y en el caso del colectivo, porque debido a que viven en la ignorancia a causa de las prácticas del régimen en el que viven, no les da acceso a la información para juzagar a una persona individualmente.

El contrapunto de la historia lo ofrece, precisamente, el pequeño niño alemán, que es el único que acepta a Elsa, y que es el único que es aceptado por el colectivo, probablemente, porque sí le conocen y que será el detonante de la rebelión del colectivo.

Técnicamente Kray (The Edge) también es una película de una factura extraordinaria, desde su ambientación hasta su espectacular fotografía, sorprendiendo entre un equipo completamente ruso, la presencia del músico y compositor británico David Holmes, quizás más conocido por sus bandas sonoras realizadas para el cineasta Steven Soderbergh.

La densidad del relato puede jugar un tanto en su contra, sobre todo en cuanto a lo que recibir un premio como el Globo de Oro o para un público excesivamente acostumbrado al ritmo y la acción estadounidense, pero he de decir que Aleksei Uchitel sabe moverse con la misma soltura en las secuencias individuales como en las colectivas, en los momentos íntimos como en aquellos los que se dispara la acción.

A falta de ver una sola de las películas que compiten en la misma categoría, In a Better World (Hævnen, 2010, Susanne Bier), de haber disfrutado como un enano la película francesa El concierto (Le concert, 2009, Radu Mihaileanu), de considerar Yo soy el amor (Io sonno l’amore, 2010, Luca Guadagnino) como la mejor película de las que compiten, lo más probable es que se cumplan los vaticinios (...) y se lleve su trofeo a casa Alejandro González Iñárritu por Biutiful (2010), lo que me parecerá igualmente estupendo (...)

Publicado originalmente en EXTRACINE

No hay comentarios:

Publicar un comentario