Título original: The Grey
Año: 2012
País: EE.UU.
Dirección: Joe Carnahan
Guión: Joe Carnahan & Ian Mackenzie Jeffers, basado en un relato de Ian Mackenzie Jeffers
Producción: Joe Carnahan, Jules Daly, Mickey Liddell, Ridley Scott & Tony Scott
Fotografía: Masanobu Takayanagi
Música: Marc Streitenfeld
Montaje: Roger Barton & Jason Hellmann
Diseño de producción: John Willett
Dirección artística: Ross Bempster
Decorados: Peter Lando
Vestuario: Courtney Daniel
Reparto: Liam Neeson, Dallas Roberts, Frank Grillo, Dermot Mulroney, Nonso Anozie, Joe Anderson, Ben Bray, James Badge Dale, Anne Openshaw, Peter Girges, Jonathan Bitonti, Ella Kosor, Jacob Blair, Lani Gelera, Larissa Stadnichuk…
laberinto emocional más que infierno
Aunque algunas veces pueda resultar interesante disfrutar de una película sin saber quienes están detrás de su concepción, la mayoría de las veces siempre acabarán por salir a la superficie las carencias y artimañas de un cineasta como Joe Carnahan, que quizás pueda funcionar (para algunos) como realizador de cine de acción como Ases calientes (Smokin’s Aces, 2007), Narc (2002), Sangre, balas y gasolina (Blood, Guts Bullets and Octane, 1998) o El equipo A (The A-Team, 2010), pero que perece desafortunadamente en su intento de proporcionar profundidad psicológica y dramática a los personajes que retrata en Infierno blanco.
Si no fuera por la primera secuencia de la película, en la que un intenso y torturado Liam Neeson se dirige en su pensamiento a la que fuera su esposa, que ya no está a su lado, quizás no sería la misma percepción la que un servidor tendría de un filme, por otro lado, entretenido y casi interesante, pero que acaba perdido en sus propias aspiraciones de la misma manera que sus protagonistas en la nieve. Tampoco ayuda demasiado la imprecisión a la hora de ubicar al espectador en el tiempo en que transcurre la película, pues si por la alusión que hacen a ¡Viven! (Alive, 1993, Frank Marshall), podríamos entender que estamos en nuestro tiempo presente, por las reflexiones de Ottaway (Liam Neeson) pareciera que estamos más en un futuro apocalíptico.
Quizás encontremos también en esa alusión la base de la ineficacia de la propuesta de Joe Carnahan, que pudiera haber buscado mayor y mejor inspiración en una película como Defensa (Deliverance, 1972, John Boorman). Si en la película que Frank Marshall dirigía en 1993 el interés radicaba en las experiencias personales de un grupo de individuos que quedaban atrapados en una montaña helada tras un accidente de avión, en la película que dirigía John Boorman en 1972 el conflicto era mucho más profundo al enfrentar al hombre urbano frente al rural, así como al ser humano frente a la naturaleza. Si se pueden hallar residuos de estas dos premisas en Infierno blanco, ninguna de ellas está formulada con precisión ni fuerza, demostrando que la única intención de sus artífices era crear un thriller naturalista sin muchas pretensiones psicológicas, aunque sí ¿poéticas?.
Lo expreso así porque pareciera que el interés tanto de Ian Mackenzie Jeffers, autor del relato original, así como responsable de la adaptación cinematográfica junto al propio Joe Carnahan, fuera el mismo, salvo que perecen en favor de la (supuesta) espectacularidad de algunas de las secuencias y el retrato de unos vulgares individuos. Eso sí, todos y cada uno de los actores defiendes a la perfección sus respectivos personajes, comenzando por Liam Neeson, a quien siguen muy de cerca Dermot Mulroney, Nonso Anozie y Ben Ray, quizás los personajes mejor construidos.
En cualquier caso Infierno blanco no deja de tener una cierta espectacularidad, pero más gracias a los fabulosos paisajes nevados en los que transcurre, que indirectamente confieren a toda la película una unidad visual, y a la manada de (súper)lobos que supone el azote de este grupo de supervivientes a un accidente de avión. En esta ecuación podremos encontrar auténticos momentos de terror y gran intensidad emocional, pero le faltarán elementos que nos permitan esperar algo mejor de este Infierno blanco al que alude la película en su título en España.
Publicado originalmente en EXTRACINE
Liam Neeson entre lobos, al más puro estilo Jack London, soledad y aventuras en tiempos de crispación... y el romanticismo de lo blanco, la luz, la nada, ¿o el todo? ¿A alguien más le ha recordado a Gordon Pym? Saludos!
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