Título original: Never Let Me Go
Año: 2010
País: EE.UU. & Reino Unido
Dirección: Mark Romanek
Guión: Alex Garland, basado en una novela de Kazuo Ishiguro
Producción: Andrew Macdonald & Allon Reich
Fotografía: Adam Kimmel
Música: Rachel Portman
Montaje: Barney Pilling
Diseño de producción: Mark Digby
Dirección artística: Paul Cripps & Denis Schnegg
Decorados: Michelle Day
Vestuario: Rachael Fleming & Steven Noble
Reparto: Carey Mulligan, Andrew Garfield, Keira Knightley, Izzy Meikle-Small, Charlie Rowe, Ella Purnell, Charlotte Rampling, Sally Hawkins, Kate Bowes Renna, Hannah Sharp, Chrsitina Carrafiell, Oliver parsons, Luke Bryant, Fidelis Morgan, Damien Thomas, Nathalie Richard, Huggy Leaver, Charles Cork, Sylvie Macdonald, David Sterne, Andrea Riseborough, Domhnall Gleeson, Kate Sissons, Amy Lennox, Anna Maria Everett, John Gillespie, Rachel Boss, Lydia Wilson, Monica Dolan, Chidi Chickwe…
los ladrones de orquídeas
¿Qué tendrán los ladrones de orquídeas? Porque eso es lo que son. O así denomino, personalmente, a esa generación de cineastas que provienen del videoclip. Pero no a todos los que hacen cine después de haber realizado videoclips. No. Tan sólo a aquellos que debido a su juventud, han desarrollado su estilo y estética habiendo integrado las novedades implementadas por un formato audiovisual que, si bien naciera como propuesta comercial, ellos han terminado por convertir en auténtica obra artística.
Me refiero, indudablemente a artistas multidisciplinares, creadores de videoclips y cineastas con un extraordinario equilibrio entre forma y contenido como Spike Jonze, Michel Gondry, Tarsem Singh, Mike Mills, Chris Cunningham, Anton Corbijn, Jonathan Glazer, Floria Sigismondi o Sofia Coppola, que aunque no haya realizado ningún videoclip, su estética está plenamente identificada con este grupo, no sólo por su sensibilidad estética y la vinculación con Spike Jonze, sino por las magníficas bandas sonoras con las que completa cada una de sus obras cinematográficas.
'Ladrones de orquídeas' hace alusión al título en español con el que se conociera la magnífica obra de Spike Jonze, Adaptation (2002) en su versión original, que tuviera como guionista a Charlie Kaufman, un nombre esencial para este grupo, que ha sabido dotar de una inquietante sensibilidad fantástica y metafísica a unos textos que, en su mayoría y en apariencia, no eran más que sencillas historias de amor protagonizadas por personajes que se hacían preguntas involuntariamente existenciales que acababan transformando los relatos que protagonizaban en unos filmes filosófico-fantástico-románticos, tal y como hace Mark Romanek en la que el que es su tercer largometraje de ficción, Never Let Me Go, titulado en España Nunca me abandones.
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