Título original: The Conjuring
Año: 2013
País: EE.UU.
Dirección: James Wan
Guión: Chad Hayes & Carey Hayes
Producción: Rob Cowan, Tony DeRosa-Grund & Peter Safran
Fotografía: John R. Leonetti
Música: Joseph Bishara
Montaje: Kirk M. Morri
Diseño de producción: Julie Berghoff
Dirección artística: Geoffrey S. Grimsman
Decorados: Sophie Neudorfer
Vestuario: Kristin M. Burke
Reparto: Vera Farmiga, Patrick Wilson, Lili Taylor, Ron Livingston, Shanley Caswell, Hayley McFarland, Joey King, Mackenzie Foy, Kyla Deaver, Shannon Kook, John Brotherton, Sterling Jerins, mariot Guyot, Morganna Bridgers, Amy Tipton, Sean Flynn, Ashley White, Zach Pappas, Arnell Powell, Joseph Bishara, Rose Bachtel, J Donovan Nelson, Christof Veillon, George T Zervos, Carmella Gioio, Steve Coulter, Desi Domo, Dusty…
tres palmadas por favor, tres después de cada párrafo
Hay sucesos que no por verosímiles son ciertos, pero también es verdad que hay hechos reales que no basta con plantarlos en una película para que creamos que realmente han sucedido tal y como se muestran. Es el caso de Expediente Warren, que por mucho que su director, James Wan, jure y perjure que tuvo como asesores a los propios personajes reales en los que jura se basa su película, me podrían convencer, no ya de que los sucesos que relata fueran o no ciertos, sino que no se esté riendo de ellos y de nosotros. ¿Es esta la vuelta de tuerca que se le ha ocurrido después de poner en marcha franquicias como Saw e Insidius? (Tres palmadas).
Más que una película de terror, Expediente Warren parece una auténtica parodia —como las que uno de sus productores, Peter Safran, ha producido en su trayectoria— de películas sobre casas encantadas, posesiones infernales y muñecos que cobran vida. Por mucho que hayan contado con un reparto impresionante en el que se integran Vera Farmiga, Lili Taylor y el reincidente Patrick Wilson, me ha sido imposible tomarme a ninguno de ellos en serio. (Tres palmadas)
Quizás lo único que sí me ha parecido acertado es el tratamiento vintage de la imagen, que pretende hacernos creer que estamos viendo una película de los años setenta. No lo digo tanto por el vestuario y la ambientación, sino por la fotografía de la película, que nos remite a títulos como Terror en Amityville (The Amityville horror, 1979, Stuart Rosenberg), Magic (1978, Richard Attenborough) o El exorcista (The exorcist, 1973, William Friedkin). En realidad, me da la impresión de que se han limitado a coger los tópicos de estos tres títulos y hacer una parodia, sólo que lo han vendido, como si no lo fuera. (Tres palmadas).
El caso es que la parodia se apodera incluso de las piezas de promoción de la película, para las que debieron inspirarse en las hermanas de los boxeadores de The Fighter, que también daban mucha risa por lo burras y brutas que eran.
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