sábado, 31 de diciembre de 2011

Rare Exports


Título original: Rare Exports
Año: 2010
País: Finlandia, Noruega, Suecia & Francia

Dirección: Jalmari Helander
Guión: Petri Jokiranta & Sami Parkkinten, basado en una idea original de Jalmari Helander & Juusa Helander
Producción: Agnès B, Anna Björk, Petri Jokiranta & Knut Skoglund 
Fotografía: Mika Orasmaa
Música: Juri Seppä & Miska Seppä
Montaje: Kimmo Taavila
Diseño de producción: Jalmari Helander
Vestuario: Saija Siekkiren
Reparto: Onni Tommila,Jorna Tommila, Tommi Korpela, Rauno Juvonen, Per Christian Ellefsen, Ilmari Järvenpää, Peeter Jakobi, Jonathan Hutchings, Risto Salmi, Jens Sivertsen, Sigmund Boe, Olav Pedersen, Nils M. Iselvmo, Steinar Skogstad, Nils Nymo, Hjalmar Iselvmo, Steinar Tunes, Torgeir Fosberg, Hans Prestbakmo, Alf Roald Pedersen, Nikolaj Alsterdal, Knut Osa Greger, Kjell Tore Nordi, Stein-Erik Olsen, Atle Kirkegard, Hans Lindgard, Einar Fagertun, Bjom Pedersen, Tommy Svendsen… 

cuando santa claus era el hombre del saco

Si para un servidor ya sea tradición ver El día de la bestia (1995, Alex de la Iglesia) en Nochebuena, mucho más divertida que ¡Qué bello es vivir! (It’s a Wonderful Life, 1946, Frank Capra), puedo proclamar que ya tengo nueva película para ver el día de Navidad. Se trata de Rare Exports, la película que se alzara con el principal premio en el Festival de Sitges que se celebraba en 2010, además de acaparar seis premios de la Academia de cine finlandesa.

Se trata del primer largometraje de Jalmari Helander, con la que prolonga una idea ya explotada en una serie de curiosos cortometrajes. Haciendo alarde de ese peculiar sentido del humor finlandés, exportado anteriormente por Aki Kaurismaki, y como si de un Cuento de Navidad à la finesa se tratara, Rare Exports, más que especular, le da la vuelta a los orígenes de un icono tan vinculado al espíritu navideño, como es Santa Claus, que pudiera no ser tan bonachón como se nos ha vendido hasta ahora, según su punto de vista.

No puedo decir que Rare Exports sea una película espléndida, el guión es algo parco y el desarrollo de los personajes es un tanto limitado, pero lo cierto es que la simpatía de estos últimos y la sencillez con la que está narrada la historia son capaces de cautivar al espectador. Si las claves del relato transcurren de la mano del cine de terror -memorables son los momentos de ese siniestro personaje cada vez que se le acerca un galleta de jengibre o que huele la presencia de un niño-, sólo en el epílogo de la película termina por aflorar el sentido del humor y la gloriosa broma implícita en una película que se ríe de la vinculación del mito vestido de rojo que tanto placer encuentra estando rodeado de niños -¿qué cura no querría vestirse de Santa Claus?- dentro de la vorágine consumista que acompaña a la Navidad cristiana.

Si bien Rare Exports cuenta con elementos extraordinarios, como el diseño de producción, un cuidado vestuario y un laborioso maquillaje, acompañados de una fotografía naturalista, como es habitual en las producciones nórdicas, quizás los efectos especiales no estén a la altura del resto de la producción. En cualquier caso, no llegan a empañar una película cuyo mayor punto de interés radica en su planteamiento argumental. La efectividad del niño protagonista, Onni Tommila, facilita que el espectador preste más atención a sus acciones que a la manera en la que estas son mostradas al espectador en una secuencia como la del helicóptero que, en su afán de espectacularidad, acaba por evidenciar las limitaciones de recursos en materia digital.

A pesar de todo, al tratarse de una narración de estructura inductiva, siempre estaremos atentos a la resolución de la historia para descubrir por qué son tan raras estas exportaciones desde los confines de Laponia.

Publicado originalmente en EXTRACINE

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