Título original: Bad Teacher
Año: 2011
País: EE. UU.
Dirección: Jake Kasdan
Guión: Gene Stupnitsky & Lee Eisenberg
Producción: Jimmy Miller
Fotografía: Alar Kivilo
Música: Michael Andrews
Montaje: Tara Timpone
Diseño de producción: Jefferson Sage
Dirección artística: Andrew Max Cahn
Decorados: Ronald R. Reiss
Vestuario: Debra McGuire
Reparto: Cameron Diaz, Lucy Punch, Jason Segel, Justin Timberlake, Phyllis smith, John Michael Higgins, Dave Allen, Jillian Armenante, Matthew J. Evans, Kaitlyn Dever, Kathryn Newton, Igal Ben Yair, Aja Bair, Andra Nechita, Noah Munck, Finneas O'Connell, Daniel Castro, Adrian Kali Turner, Eric Stonestreet, Thomas Lennon, Paul Bates, Jeff Judah, Nat Faxon, Stephanie Faracy, David Patmer, Alanna Ubach, Christine Smith, âul Feig, Deidre Lovejoy, Melvin Mar, Rose Abdoo, Jerry Lambert, Jennifer Irwin, Christopher Rockwel, David Doty, Molly Shannon, Rick Overton, Danny Trap, matt Besser, Lee eisenberg, Bruno Giooello, Jordan Van Vranken…
el hilarante sarcasmo irreverente de una mala profesora ¿o de una profesora mala?
Igual que cada verano las revistas de papel couché se llenan de famosas venidas a menos (des)luciendo palmito en bikini, tal y como si fuera un ritual cinematográfico, Cameron Diaz nos regala su nueva comedia: Bad Teacher. Y digo nos regala, porque al menos un servidor, está tremendamente agradecido de poder disfrutar de una comedia que teniendo como objetivo primordial el de hacer reír, acaba siendo mucho menos inocente de lo que parece a primera vista. Y digo Cameron Diaz, porque la película está hecha por y para ella, siendo casi más responsable de su éxito y efectividad, que su propio director, Jake Kasdan.
Igual que el título de la película encierra un doble sentido pues puede referirse tanto a la calidad de la enseñanza de Elizabeth Hasley (Cameron Diaz), como a su carácter maligno y perverso; la pareja de guionistas formada por Lee Eisenberg y Gene Stupnitsky —-responsables del guión de Año uno (Year One, 2009, Harold Ramis) y de la serie de televisión The Office (2005, Greg Daniels, Ricky Gervais & Stephen Merchant)—-, utilizan los típicos clichés del cine comercial made in Holllywood, pero para darle la vuelta:
- ¿Quien dijo que las rubias eran tontas? Elizabeth Halsey, desde luego, no lo es. Otra cosas es que no le salgan sus planes tal y como había planeado, pero de tonta no tiene un seno pelo.
- ¿Quien dijo que las malas tenían que ser morenas? Lo decía el estereotipo estadounidense, pero eso a Cameron Diaz, le trae sin cuidado.
- ¿Quien dijo que no nos podríamos identificar con la mala? Quien fuera que lo dijera se equivocaba porque al menos, un servidor, se lo ha pasado pipa con las maldades que Elizabeth Halsey. Sobre todo cuando van dirigidas a Amy Squirrel (Lucy Punch). Aunque debo confear que quizás me identifique con ella porque yo también tuve una vez una profesora igual de pánfila, que te regalaba retratos de ella con su gato en Navidades (todavía tengo la foto, la saco en reuniones de amigos para reinos de ella).
BaD Teacher es una curiosa variante de lo que, en un principio parece va a ser una película de rubias —-a lo Una rubia muy legal (Legally Blonde, 2001, Robert Luketic)—- cuyo objetivo no es otro que casarse para poder llevar una desenfrenada vida dedicada de lleno al consumismo, para rebelarse como un filme tremendamente sarcástico que, precisamente, se dedica a criticar las armas que el capitalismo y la publicidad irresponsable utilizan para seducir a las mentes débiles: el culto al cuerpo. Pocas veces me he reído tanto como con la secuencia del lavado de coches. Ni que decir tiene que Cameron Diaz está insoportablemente deliciosa, Lucy Punch absolutamente desternillante y Justin Timberlake completamente insoportable… pero también era lo que su personaje requería. Justo es decirlo.
Habrá espectadores que opinen exactamente lo contrario de lo que defiendo, pero basta prestar atención al discurso que Elizabeth adopta cuando aconseja a sus propios alumnos pues, igual que le reprocha a su alumna que no debe intentar ser aquello que sus padres desean que sea sino lo que ella quiere, la propia Elizabeth no sigue sus deseos sino que, precisamente, pretende aumentar su talla de pecho para agradar a los hombres. De la misma manera, resultan bastante crueles las secuencias del niño sensible, pero sólo porque las premisas que sigue son las que dicta Disney: siempre decir la verdad y lo que sientes, y esperar que tu belleza interior cautive a los demás. Pero todos sabemos que en el mundo real, la verdad y los sentimientos, tampoco sirven de mucho en determinadas circunstancias, y mucho menos la belleza interior.
(Atención SPOILER) Finalmente, la propia Elizabeth tomará cuenta de sus propios consejos y dejará de ser una chica mala, para asumir que ni siquiera le gustan los chicos con cuerpos perfectos (y cerebro de ardilla), sino que lo que le gusta en realidad son los hombretones fuertes y grandotes… Y eso en la vida real, sabemos que también es verdad.
Publicado originalmente en EXTRACINE
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