Título original: Shanghai
Año: 2010
País: EE.UU.
Dirección: Mikael Halfström
Guión: Hossein Amini
Producción: Jac Chapman, Carolina Hewitt & David M. Thompson
Fotografía: Greig Fraser
Música: Mark Bradshaw
Montaje: Alexandre de Franceschi
Diseño de Producción: Janet Patterson
Dirección Artística: Christian Huband
Decorados: Charlotte
Watts
Vestuario: Janet
Patterson
Reparto: John
Cusak, Jeffrey Dean Morgan, Ken Watanabe, Franka Potente, David Morse, Chow
Yun-Fat, Gong Li, Rinko Kikuchi, Hugh Bonneville, Gemma Chan, Nicholas Rowe,
Ronan Lapaine, Wolf Kahler, Michael Culkin, Catherine Balavage, Don Tai, Selina
Lo, Dean Alexandrou, Tohoru Masamune, Christopher Buchholz, Hong Ping Tang,
Yenis Cheung-Yan...
la
nostalgia por el cine antiguo
Shanghai,
la producción tras la que se esconde The Weinstein Companny —- esta es una
película de productor, que no de director o guionista—- estaba destinada al
fracaso desde sus inicios, pero no porque sea una mala película, sino porque no
era el momento de hacerla. Llega tarde. Demasiado tarde.
Ya
sólo en la presentación del entorno en el que se desarrolla la película, un
Shanghai dividido en cuatro partes: una americana, otra alemana, otra china y
otra japonesa, pocos podrán alejar de su memoria el recuerdo de la Vienna de El tercer hombre (The Third Man, 1949, Carol Reed),
pero mucho menos cuando resulta que el protagonista es un periodista que acude
ante la llamada de un amigo que acaba de ser asesinado, dejando a una novia que
guarda la clave de su misterio.
En
cualquier caso, el visionado del filme es bastante ameno, tiene una estupenda
fotografía de Benoît Delhomme, remarcada por un espectacular diseño de
producción, por el que se mueven unos personajes perfectamente caracterizados y
enfundados en un vestuario elegante y exquisito; la acción transcurre a un
ritmo adecuado y las interpretaciones están bastante correctas, además de la
autenticidad de que cada uno hable en su propio idioma, o en el que sepa
hablar.
Pero
entonces ¿Cuál es el problema? El tiempo. Que no es este el tiempo y época de
un filme de estas características, que igual podríamos disfrutar si lo viéramos
en la televisión con la nostalgia del cine de los años treinta, pero como no es
pasado, sino que es presente se revela más como cine antiguo que clásico.
Ni la
presencia de actrices tan estimulantes como Gong Li o Franka Potente, ni
actores tan sólidos como John Cusack, Chow Yun-Fat, David Morse o Ken Watanabe,
ni guionista ni director son capaces de insuflar alma, estilo, pasión o
sentimiento a un producto que pareciendo más de lo que finalmente ofrece, tal y
como se puede apreciar en su tráiler, sólo podrás disfrutar si lo ves
aprovechando la tarde para ir al cine, no con tus hijos, sino más bien con tus
padres o hasta mejor todavía, con tus abuelos.
Publicado originalmente en EXTRACINE
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