Título original: Accidents Happen
Año: 2009
País: Australia & Reino Unido
Dirección: Andrew Lancaster
Guión: Brian Carbee
Producción: Anthony Anderson
Fotografía: Ben Nott
Música: Anthony Partos
Montaje: Ferry Barden & Anouska Zarkesh
Diseño de Producción: Elizabeth Mary Moore
Dirección Artística: Angus MacDonald
Decorados: Richard Jensen
Vestuario: Nina Edwards & Ruth Myers
Reparto: Geena Davis, Harrison Gilbertson, Harry Cook, Joel
Tobeck, Karl Beattie, Viva Bianca, Lachlan Campbell, Flynn Colby, Hitler Coppin,
Joshua Denyer, Sebastian Gregory, Morgan Griffin, Peter Lamb, Ivy Latimer,
Rebecca Massey, Nathan Page, Troy Planet, wendy Playfaie, Katrina Retallick, Eric
Thomson, Sarah Woods...
los accidentes pasan, los milagros no
Hay
películas que tardan en llegar a la cartelera desde que se estrenan en su país
de origen, unas veces te preguntas porqué, pero otras veces acabas deseando que
no las hubieran estrenado nuca. Es el caso de Accidents Happen, que todo lo
que promete en su tráiler, defrauda a los cinco minutos.
El
máximo atractivo de la película reside en su secuencia inicial, un divertido
homenaje en forma, que no en fondo, a la primera secuencia de la obra maestra
de David Lynch, Terciopelo azul (Blue Velvet, 1986), pero que terminado el homenaje más les hubiera
valido haber terminado también la película, pues no cuenta absolutamente nada
más. Quizás Andrew Lancaster, director de la cinta, y Brian Carbee, guionista
de la misma, debieran haber hecho un cortometraje, como In Search of Mike,
que hicieran juntos nueve años antes.
Accidents
Happen es la historia de una familia con un hijo, una hija y dos gemelos, que
se desmorona la noche que tienen un accidente de coche en el que fallece la
hija y uno de los gemelos se queda en coma. La insoportable y manipuladora
Gloria Conway (Geena Davis), la madre
yo-lo-hago-todo-bien-tu-tienes-la-culpa-de-todo, incapaz de digerir lo que le
ha sucedido, se dedica a amargar la existencia de los demás, incluyendo la
suya, teniendo como único apoyo a su hijo menor Billy (Harrison Gilbertson),
quien cree es el causante de todos los accidentes que suceden en la película.
Es difícil
concretar el tema de la película, al que sólo se puede llegar por deducción, en
un guión que parece buscar desesperadamente situaciones impactantes que puedan
impresionar al público, aunque sean inverosímiles. A esto se añade la
deliberada manipulación de la que hace gala Brian Carbee, que al igual que hace
el personaje de Geena Davis, se encarga de indicar si el personaje nos tiene
que caer bien o mal, antes incluso de mostrarlo.
Igualmente,
la artificialidad estética de la que hace gala el australiano Andrew Lancaster,
a base de eternos planos al ralentí —-pudieran ser precedentes de los de Origen (Inception, 2010, Christopher Nolan), pues también se produce un accidente de coches con cristales, y
también hay momento agua—-, no hace más que enturbiar las relaciones de los
personajes para hacerlas menos creíbles, terminando por ofrecer un bello
catálogo de imágenes tan impresionantes como emocionalmente huecas.
No
puedo destacar ninguna interpretación pues cada uno de los integrantes del
reparto se las ve y desea para hacer creíbles sus personaje, teniendo más
credibilidad los adolescentes que los adultos. Quizás podría destacar lo
contrario, la nefasta y superficial interpretación de Genna Davis
yo-soy-estupenda-tú-no-vales-nada que consigue que no nos olvidemos en ningún
momento de que ella no es una actriz, sino una estrella. La estrella sin brillo
se empeña en dejar al resto del reparto en la humilde tesitura de los actores y
actrices que tienen que interpretar un personaje, cosa que ella no está
dispuesta a hacer, limitándose a ofrecer una comedida variedad de gestos, poses
y amaneramientos que hacen imposible su credibilidad en ningún momento. Ni me
creo que sea Gloria Conway, ni que sea ama de casa, ni que esté casada, ni que
tenga hijos, mucho menos que los quiera, ni que no pueda superar sus traumas,
ni que le guste su nuevo pretendiente, ni que juegue al bingo…
El
despropósito de la película es tal que el tiempo en el que se desarrolla no
tiene importancia y mucho menos el espacio, y es que me pierdo a lo largo del
desarrollo de la acción. Parece que estamos en Canadá más que en los Estados
Unidos ¿o estamos en Australia? Sé que no estamos en Europa por los coches, las
casas con jardín y porque juegan al béisbol, aunque la película esté poseída
por un espíritu europeo. Igual han mencionado el sitio, pero es que
sinceramente cariño, me importa un bledo.
Publicado originalmente en EXTRACINE
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