Título original: Looper
Año: 2012
País: EE.UU. & China
Dirección: Rian Johnson
Guión: Rian Johnson
Producción: Ram Bergman & James D. Stern
Fotografía: steve Yedlin
Música: Nathan Johnson
Montaje: Bob Ducsay
Diseño de producción: Ed Verreaux
Dirección artística: James A. Gelarden
Vestuario: Sharen Davis
Reparto: Joseph Gordon-Levitt, Bruce Willis, Emily Blunt, Paul Dano, Noah Segan, Piper Perabo, Jeff Daniels, Pierce Gagnon, Qing Xu, Tracie Thoms, Frank Brennan, Garret Dillauhunt, Nick Gomez, Marcus Hester, Jon eyez, Kevin Sitwell, Thirl Haston, James Hébert, Kenneth Brown Jr., Cody Wood, Adam Boyer, Jeff Chase, Ritchie Montgomery, David Jensen, Kamden Beauchamp, Josh Perry, David Joseph Martinez, Wayne Dehart, Ian Patrick , Rian Johnson…
el futuro siempre se decide en el presente
Fuera de todo pronóstico y sin estar incluida en su sección oficial, es posible que Looper, la película escogida para la clausura del Festival Internacional de Cine Fantástico de Sitges, vaya ha ser la más impactante y sorprendente que se ha visto en la 45 edición del festival catalán. Se trata del tercer largometraje dirigido y escrito por Rian Johnson que, desarrollado en un futuro cercano, utiliza lo que podríamos denominar los clichés del subgénero del cine con viajes en el tiempo, para articular una interesante propuesta, perfectamente engarzada y en la que es más importante el desarrollo emocional de sus personajes que sus acciones. Adecuada tanto para quien busca evadirse y entretenerse, como para quien busca algo más.
Si la interpretación de los personajes eleva la película hasta el aprobado con nota, la dirección de Johnson merece un notable, llegando casi al sobresaliente por lo bien que está armado un guión en el que incluso las características negativas juegan a su favor. Por ejemplo, un servidor no suele encontrarse cómodo con una voice over que te vaya guiando sobre la acción que se va desarrollando, pero en Looper este recurso se utiliza única y exclusivamente en los primeros minutos de la película. La intención de Johnson no es otra que explicar las particularidades de la realidad de sus personajes, pero en el momento en que empieza verdaderamente el conflicto de la película desaparece y permite que sea el espectador quien realice sus propias cábalas sobre el desarrollo del argumento.
Es posible que alguno quiera reconocer señales de dos de los títulos más característicos de los años ochenta. La sombra de Blade Runner (1982, Ridley scott) se asoma en la forma de thriller futurista que toma prestadas las características del cine negro, y también rescata de Terminator (The Terminator, 1984, James Cameron) esa idea de volver desde el futuro para eliminar a un individuo clave, para que ese nuevo presente evolucione de otra manera. Pero no son señales que robe, desde mi punto de vista, sino que las pide prestadas y aprovecha sólo para facilitar la comprensión de la premisa inicial, consiguiendo que el espectador no desvíe su atención con la trama que realmente le interesa, que es la relación que se establece entre Joe, Sara y su hijo y las consecuencias que tendrá para el relato.
Efectivo tanto a la hora de mostrar como de ocultar, Rian Johnson se preocupa mucho de no abusar ni de efectos especiales ni de golpes de efecto argumentales. Dosifica con orden y precisión tanto las secuencias de acción como los giros que hacen que los personajes se muevan en una u otra dirección. De esta manera logra un fuerte impacto emocional en los momentos culminantes, aunque incluso seas capaz de predecir alguno de ellos. También es cierto que sabe despistar con líneas argumentales y personajes que, no es que sean falsas, pero sirven para que, de la misma manera que los personajes especulen con lo que podría ser su futuro si no cierran su bucle, su loop, lo haga también el espectador con las posibilidades que le ofrece el relato.
Si, al menos para un servidor, Joseph Gordon-Levitt está simplemente pasable -en algunos momentos su personaje me saca un poco de quicio, pero imagino que debe ser una cuestión puramente personal-, la que consigue realmente hacerse con empatía del espectador es Emily Blunt, como esa madre preocupada de que su hijo reciba seguridad, amor y cariño, dándole la posibilidad de que pueda desarrollar su personalidad hacia la bondad. Si la aportación de Bruce Willis también es consistente y muy efectiva, se agradece la inclusión de Jeff Daniels, en un registro al que no nos tiene nada acostumbrados. Aunque quien realmente acaba por arrancar los mejores momentos de la película es el jovencísimo Pierce Gagnon, que ya apareciera en la estupenda The Crazies (2010,Breck Eisner) y en la serie de televisión One Tree Hill. Él solito consigue que se te pongan los pelos como escarpias en algunos logradísimos momentos de la película.
Looper consigue ese cuidadoso equilibrio de una película de ciencia-ficción que tanto sirve de asombroso espectáculo de entretenimiento, como plantea conflictos que podrían evolucionar por diferentes caminos en función de su resolución. Esto permite que puedas disfrutar del espectáculo durante la proyección, así como una vez terminada también puedas desarrollar tus propias teorías sobre las variantes por las que podría discurrir la historia (espero que nunca hagan una secuela). Alguna pega se puede encontrar, sí, pero no tiene mayor importancia y queda soterrada gracias a la fabulosa sensación que deja el final de la película. De esos en los que acabando mal, en realidad termina bien, ¿o será al revés?
Publicado originalmente en EXTRACINE
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