Título original: Dans la maison
Año: 2012
País: Francia
Dirección: François Ozon
Guión: François Ozon, basado en una obra de Juan Mayorga
Producción: Eric Altmeyer, Nicolas Altmeyer & Claude Ossard
Fotografía: Jérôme Alméras
Música: Philippe Rombi
Montaje: Laure Gardette
Vestuario: Pascaline Chavanne
Reparto: Fabrice Luchini, Ernst Umhauer, Kristin Scott Thomas, Emmanuelle Seigner, Denis Ménochet, Bastien Ughetto, Jean-François Balmer, Yolande Davenier, Vincent Schmitt, Jacques Bosc, Stéphanie Campion, Ronny Pong, Diana Stewart, Jana Bittnerova, Nadir Azni, Bénérice Barbin, Marie Brunet, Cyril Chaussivert, Matthieu Cisse, Yann Conflant, Manon Delaître, Noé Fournier, Vincent Hocini, Guillaume Jacques, Marie Jupille, Cendro Kancel, Belkacem Lalaoui, Alain Lhostis, Kevin Méanard, Mohamed Dahmane El Mehdi, Mélissa Placide, Olivier Royer, Hana Tanem, Christina Tongkhiane, Gaëtan Vajou…
el extraordinario poder de la manipulación
Si ya de por sí François Ozon es uno de los valores seguros del cine contemporáneo francés, su última película, Dans la maison, llega a la cartelera precedida con la Concha de Oro en Festival Internacional de Cine de San Sebastián. Un relato que establece conflictos a muy diferentes niveles, pero no sólo entre sus personajes, sino entre la propia obra y el espectador. Los procesos de la creación literaria, la eterna dicotomía entre realidad y verosimilitud, la capacidad de imaginar o la necesidad de experimentar para crear una historia, la lucidez del escritor consciente de su mediocridad o la del autor que se sabe original pero no tiene las herramientas para comunicar su relato con habilidad, la vulgaridad de la clase media ¿o su encantador aroma? Estos son algunos de los temas que surgen a partir de la obra de teatro de Juan Mayorga y que se plantean desde el inicio de ese mismo proceso de adaptación: la manipulación.
Si Mayorga ya tomara sus propias decisiones con respecto al lugar y época en el que se desarrolla su relato, Ozon realiza una primera manipulación al llevarla al cine, derivada del hecho de que su obra no es una representación en vivo, de que él no es español ni vive en España, y de su propia y personal interpretación de la obra. De esta manera pone en práctica una irremediable manipulación de la pieza original para convertirla en una diferente. En otra. Un proceso que a menudo olvidan los que comparan una película con su fuente de inspiración y que es inherente a cualquier proceso de intercambio de comunicación, hasta la propia crítica que de esta misma película que me encuentro redactando. Este dilema de la manipulación que constantemente se plantea entre profesor y alumno y que el propio director evidencia al poner en imágenes tanto lo que podría haber sucedido realmente, como lo que plasma en su relato o incluso las interferencias entre realidad y ficción que se establecen de manera interna. Variaciones que llevan al espectador a plantearse constantemente si lo que ve es lo que pasa o lo que podría haber sucedido y que se convierte, para un servidor, en el mayor acierto de Dans la maison.
Un relato que trasciende la pantalla al conseguir establecer la misma relación que maestro y estudiante establecen con sus personajes de ficción, que también resultan ser reales dentro del relato, con el propio espectador y la película, planteándose las mismas cuestiones acerca de los personajes y acciones de la película que ellos establecen sobre los demás personajes. Esta riqueza de interpretaciones viene avalada por las logradas interpretaciones de todos y cada uno de sus protagonistas, desde la pareja intelectual formada por Fabrice Luchini y Kristin Scott Thomas, hasta el fabuloso retrato que de la pareja de clase media ofrecen Emmanuelle Seigner y Denis Ménochet, pasando por la magnífica y ambigua aportación de los jóvenes Ernst Umhauer y Bastien Ughetto.
Debo decir que, igual que el propio Germain (Fabrice Luchini) se preocupa de delatar las asociaciones cinematográficas de la evolución del relato de Claude (Ernst Umhauer), podría no ser del todo inocente la elección de algunos de los miembros del relato, particularmente de los femeninos. Es posible que a algunos pueda parecerles una sencilla broma que la que fuera protagonista de melodramas como El paciente inglés (The English Patient, 1996, Anthony Minghella) o el hombre que susurraba a los caballos (The Horse Whisperer, 1998, Robert Redford) se vea, en Dans la maison, encorsetada en el papel de la esposa de un escritor fracasado que se aferra desesperadamente a una hilarante tienda de arte en su afán de huir de la etiqueta de ama de casa (de clase media), pero me parece que no debe ser ninguna ironía que la que es la esposa de Roman Polanski (que de mediocre no tiene nada), aparezca aquí como la imagen de esa mujer de clase de media que muchos querrían, indudablemente, para sí mismos.
A todo esto debemos sumar la elegancia de la fotografía de Jérôme Alméras y la exquisita banda sonora compuesta por Philippe Rombi y obtendremos una película tan estimulante para ver y disfrutar como para discutir sobre el asunto que trata, para sentir sentado en la butaca y para reflexionar mucho después de que haya terminado la proyección.
Publicado originalmente en EXTRACINE
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