Título original: Taken 2
Año: 2012
País: Francia
Dirección: Olivier Megaton
Guión: Luc Besson & Robert Mark Kamen
Producción: Luc Besson
Fotografía: Romain Lacourbas
Música: Nathaniel Méchaly
Montaje: Carmille Delamarre & Vincent Tabaillon
Diseño de producción: Sébastien Inizan
Dirección artística: Nanci Roberts
Vestuario: Pamela Lee Incardona
Reparto: Liam Neeson, Maggie Grace, Famke Janssen, Leland Orser, Jon Gries, D.B. Sweeney, Luke Grimes, Rade Serbedzija, Kevork Malikyan, Alain Figlarz, Frank Alvarez, Murat Tuncelli, Ali Yildirim, Ergun Kuyucu, Cengiz Bozkurt, Hakan Karahan, Saruhan Sari, Naci Adigüzel, Aclan Bates, Mehmet Polat, Yilmaz Kovan, Erdogan Yavuz, Luran Ahmeti, Cengiz Daner, Melis Erman, Erkan ÜçUncü, Ugur Ugural, Alex Dawe, Olivier Rabourdin, Michaël Vander-Meiren, Rochelle Gregorie, Luenell, Emre Melemez, Ilkay Akdagli, Mylène Pilutik, Nathan Rippy, Atilla Pekoz, Serdar Okten, Mesut Makul, Mustafa Akin, Murat Karatas, Cuneyt Yanar, Baris Adem, Hasan Karagulle, Gazenfer Kokoz, Remzi Sezgin, Ahmet Orhan Ozcam, Melike Acar, Yasemin Yeltekin, Baris Aydin, Kenneth James Dakan, Adil Sak, Bekir Aslantas, Ercan Kurt, Cetin Arik, Tarner Avkapan, Erasian Saglam, Mohammed Mouh, Julian Vinay, Gaelle Oilleau…
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Incauto de mi que acudo al pase de prensa de Venganza: conexión Estambul, sin comprobar que se trataba en realidad del pase de Taken 2. Qué mal fario me dio descubrir en los títulos de crédito que estaba a punto de ver una más de esas absurdas películas de acción de la factoría de Luc Besson, que encima estaba dirigida por Olivier Megaton, responsable de la insoportable Colombiana. Sin embargo, a pesar de que el montaje de las primeras secuencias ya muestra claramente un desprecio absoluto por el relato en favor de lograr un producto estético y atractivo, confieso que la sencillez de su premisa y quizás la fortuna de no haber visto su precedente lograron que me interesara mínimamente por el desarrollo de una historia más propia de una TV-Movie, con unos personajes más cercanos a la caricatura que a cualquier otro formato audiovisual, y que al fin y al cabo resultó razonablemente entretenida.
Desde mi punto de vista , Luc Besson y Robert Mark Kamen, responsables ya del guión de Taken (2008, Pierre Morel), desarrollan en esta primera secuela (siempre se puede estirar una premisa como la que aquí se plantea, en la próxima podrían secuestrar al novio de Kim) dos conflictos principales. Podría parecer que el principal fuera el del secuestro, con la diferencia con respecto a la primera que si en aquella ocasión fuera la víctima la hija, aquí lo son papá y mamá. Pero esto no es más que un estratégico y estudiado McGuffin para desarrollar una premisa mucho más interesante: ¿conseguirá Kim, la superdotada hija de Bryan, aprobar el examen para sacar su carné de conducir? Si alguien percibe un poco de ironía en mis palabras, no se alarmen, es la misma predisposición que hace falta para conseguir disfrutar de Taken 2.
Liam Neeson juega a ese personaje que tan bien se le da últimamente, exactamente como si fuera la versión caucásica de los personajes que interpreta Denzel Washington. Quizás resulte un poco forzado el papel de Maggie Grace como ¿adolescente? a la que la adrenalina obliga a comportarse como si de una auténtica aspirante a agente de la CIA estuviéramos hablando. Pero quizás la que más me sorprenda sea Framke Janssen, capaz de meterse en la piel de una mujer sumisa y obediente, esa típica ama de casa que hubiera sufrido el maltrato en silencio si las circunstancias no lo hubieran hecho visible. También contribuye a que pueda meterme en situación la aportación de Rade Serbedzija, en lo que es un guiño a Snatch, cerdos y diamantes (Snatch, 2000, Guy Ritchie), más que a una excelente película como Antes de la lluvia (Before the Rain, 1994, Milcho Manchevski).
Como decía, sobrepasado el peldaño de la credibilidad y verosimilitud, lo cierto es que Taken 2 puede ser un producto incluso divertido. Más cerca de Team America: World Police (2004, Trey Parker) que a cualquier otra película de acción. De esa manera puede explicarse que Kim lance tan ligeramente unas granadas sobre los tejados de Estambul para que su papá pueda calcular la distancia que les separa (con granadas me refiero a las armas explosivas, no a la frutas rojas y jugosas). Ya antes, me fascina el poderoso control mental que ejerce Bryan sobre sus captores, que le permite seguir hablando con su hija por teléfono cuando ya está reducido y le apuntan con un arma a él y a su mujer. Prodigioso. Igulametne, me encanta la manera en la que tienen de resolver cómo entrar en una embajada sin guardar cola. Formidable. Pero éstas y algunas que otras soluciones de Taken 2 me llevan a reflexionar sobre un par de cuestiones.
La primera es la prodigiosa asimilación del American Way of Life que de manera tan descarada hacen gala los franceses de la pandilla de Luc Besson. Algo irónico cuando en realidad no hacen más que emular las películas de Guy Ritchie, un cineasta británico. La segunda me lleva irremediablemente a la anterior película de Olivier Megaton, Colombiana, un bodrio insalvable que ya demostraba su desprecio por la cultura en la que ubicaba a sus personajes. Si en aquella ocasión era la colombiana, ahora navega entre albaneses y turcos en una ensaladilla multirracial que confirma (y revela) su desprecio por cualquiera que no tenga como lengua materna el inglés, algo nuevamente irónico porque la suya es el francés.
Quizás sea un servidor quien no haya entendido el nivel intelectual de esta propuesta y en realidad todo sea una crítica a la prepotencia estadounidense que considera que el resto del mundo debería saber hablar inglés, como sucede con todos y cada uno de los personajes de la película que incluso cuando están reunidos en intimidad hablan entre ellos una lengua que para ellos es extranjera. En cualquier caso, ¿no habrán caído estos franceses que en los Estados Unidos no se conduce con coches europeos? Lo digo por aquello de meter las marchas y tal, que no sólo no es muy normal en los Estados Unidos, sino que deduzco que mucho menos cuando eres una adolescente que se está sacando el carné de conducir. A ver si al fina va a resultar que los que son estos franceses los que se creen que están por encima del mundo. Conste que no hablo en general, me estoy refiriendo sólo a Luc Besson y sus machotes amigotes.
Publicado originalmente en EXTRACINE
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