Título original: Snitch
Año: 2013
País: EEUU & Emiratos Árabes Unidos
Dirección: Ric Roman Waugh
Guión: Justin Haythe & Ric Roman Waugh
Producción: Tobin Armbrust, Alexander Yves Brunner, Guy East, David Fanning, Danny Garcia, Matt Jackson, Dwayne Johnson, Jonathan King & Nigel Sinclair
Fotografía: Dana Gonzales
Música: Antonio Pinto
Montaje: Jonathan Chibnall
Diseño de producción: Vincent Reynaud
Dirección artística: Joe Lemmon
Decorados: Kristin Bicksler
Vestuario: Kimberly Adams-Galligan
Reparto: Dwayne Johnson, Barry Pepper, Jon Bernthal, Susan Sarandon, Michael Kenneth Williams, Rafi Gavron, Melina Kanakaredes, Nadine Velazquez, Benjamin Bratt, Lela Loren, JD Pardo, David Harbour, Harold Perrineau, Kyara Campos, James Allen McCune, Tanya Ballinger, Ashlynn Ross, Spencer Miller, Jayson Floyd, Benjamin Blankenship, Kym Jackson, Tyler Grey, Darnell Trotter, Tim J. Smith, Shun Hagins, Dother Sykes, Doris Morgado, Carrie Lazar, Richard Cabral, Jaime Medeles, Odessa Sykes, Douglas M. Griffin, Kerry Cahill, Sharon London, Dane Rhodes, Edrick Browne, Judd Lormand, Joe Nemmers…
TITULAR
A veces es posible encontrarte con sorpresas inesperadas. A pesar de que a primera vista podría darnos la impresión de que estamos ante un típico producto de acción al servicio de Dwayne Johnson, sobre todo por el hecho de que aunque se trata de la tercera película dirigida por Ric Roman Waugh, fuera antes él mismo un doble de acción. Pero está claro que pesa bastante en el tono del relato el nombre de Justin Haythe —responsable de los guiones de filmes como La sombra de un secuestro (The clearing, 2004, Pieter Jan Brugge) y Revolutionary road (2008, Sam Mendes)—, que consigue elaborar un thriller que no por sobrio y responsable resulta menos interesante.
Las carencias interpretativas de Dwayne Johnson, que nunca termina de coger el tono adecuado que requiere la película, se ven contrarrestadas por un fabuloso reparto en el que destacan, primero Susan Sarandon, pero sobre todo Jon Bernthal y Barry Pepper, completamente alejados de clichés y estereotipos. Interpretaciones al servicio del conflicto interno de los personajes y las contradicciones de sus actos con respecto a cómo hubieran deseado que les salieran las cosas, lo que se traduce en una tensión emocional que es la consigue verdaderamente arrastrar al espectador.
De esta manera es como El mensajero consigue erigirse en un thriller emocional, más que en una película de acción llena de los malotes que sí pueblan su metraje, pero que están mucho más cerca de la realidad, que de los productos de acción a los que nos tiene acostumbrados el cine de Hollywood.
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