Título original: Fright Night
Año: 2011
País: EE. UU. & India
Dirección: Craig Gillespie
Guión: Marti Noxon, basada en una guión original de Tom Holland
Producción: Michael De Luca, Michael J. Gaeta & Alison R. Rosenzweig
Fotografía: Javier Aguirresarobe
Música: Ramin Djawadi
Montaje: Tatiana S. Riegel
Diseño de producción: Richard Bridgland
Dirección artística: Randy Moore
Decorados: K. C. Fox
Vestuario: Susan Matheson
Reparto: Anton Yeltchin, Colin Farrell, Toni Collette, David Tennant, Imogen Poots, Christopher Mintz-Plasse, Dave Franco, Reid Ewing, Will Denton, Sandra Vergara, Emily Montague, Chris Sarandon, Grace Phipps, Chelsea Tavares, Lisa Loeb, Brian Huskey, Rick A. Ortega Jr., Charlie B. Brown, Mike Miller, Marya Beauvais, Rebekah Wiggins, Kent Kirkpatrick, Eb Lottimer, Liszl Carstens, Arron Shiver, Laura Aidan, Jerry G. Angelo, Phil Arnold, Tina Borek, Kevin chrsitopher Brown, William h. Burton, Dave Courvoisier, Tait Francis, Cliff Gravel, Eriks Alfons Hausmanis, Bruce Holmes, Lovie Johnson, Bonnie Morgan, David T. Quan, Chrsi Ranney, Ashlee Renz-Hotz, Ryan Schaefer, Alma Sisneros, Viola Valdez, Michelle Waterson, Gilbert Almario, Vernon Bradley, Steph Delgado, Joshua Drew, Kevin Fowlkes, Drew Hollowell, Bob Kaye, Kelly Ruble, Sandi K. Shelby, Monika Spruch…
vampiros infantiles y aburridos
Da lo mismo valorarla por sí misma, que en comparación con su antecesora, porque de cualquier manera Fright Night, el remake dirigido por Craig Gillespie a partir de Fright Night, la película dirigida en 1985 por Tom Holland, siempre saldrá perdiendo. Al igual que la mayoría del reparto de la película, no ya porque los actores interpreten mal sus personajes, sino porque no disponen de un guión mínimamente coherente como para poder desarrollarlos.
De espejismo califico la secuencia del prólogo inicial en la que pareciera una declaración de intenciones para mantenerse en las mismas latitudes, entre el terror y la comedia, que su predecesora. Si en la siguiente secuencia comprobamos que la adaptación a la realidad social actual parece acertada a primera vista, al ubicar al protagonista en un impersonal complejo residencial en el que no hay sitio para la intimidad. Esa impersonalidad se extenderá a lo largo de toda la película para caer en uno de los mayores males del cine contemporáneo: las prisas.
Prisas porque desaparezcan vecinos, prisas porque no se cuestionen los vampiros, prisas porque desaparezcan sus propios amigos y que no lo cuestionen ¡ni sus propios padres!, prisas porque aparezca la acción, la sangre y, sobre todo, el fuego. Tantas prisas por todo, que al final no te da tiempo ni a que los personajes te caigan ni bien ni mal, no sólo perdiendo cualquier atisbo de sentido del humor, sino olvidándose del terror para terminar siendo una película más de acción.
Es lamentable comprobar como el director malgasta la mayor parte del reparto pues aunque Anton Yelchin o, incluso, Imogen Poots, defienden bastante bien sus personajes, da la sensación que Toni Collette está completamente desaprovechada y que Collin Farrell hubiera preferido coger su sueldo y que utilizaran efectos CGI para insertar su imagen al personaje. Si acaso, la única que me hace verdadera gracia es Sandra Vergara, protagonista de los únicos momentos de humor que tiene la película. La aportación de Christopher Mintz-Plasse no es que sea floja, es que su personaje es rotundamente patético y bastante alejado del estereotipo nerd que parecía querer representar.
Sí, hay guiños a la película original: diálogos prestados y descontextualizados, o la presencia de Chris Sarandon en una patética secuencia que la guionista no debía saber cómo concluir. ¿Como quien es la guionista? Marti Nixon. Responsable de no sé cuantas series de televisión, entre ellas Buffy cazavampiros (Buffy, the Vampire Slayer). Acabáramos, es que ni siquiera era una película para adolescentes tipo Twilight, -a la que no sólo aluden de manera explícita, sino también implícitamente al pedir prestado al director de fotografía de dos de las entregas, Javier Aguirresarobe-, sino una película para público infantil, tipo Soy el número cuatro (I Am Number Four, 2011, D.J. Caruso), guión escrito por la misma señora (o señorita). Lleven a sus sobrinos, porque en realidad, sexo, sexo, no hay. O por lo menos nada que no hayan visto ya en televisión.
No, si voy a tener que darle la razón a Gus Van Sant y al final va a resultar que o escogen aun director con verdadera y auténtica personalidad que no se limite a realizar el mismo producto adaptado a las nuevas generaciones, o lo mejor es hacer la misma película plano a plano con actores taquilleros, que en el fondo es el único objetivo de un remake: volver a hacer dinero con material rentable.
Publicado originalmente en EXTRACINE
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