lunes, 25 de julio de 2011

Blitz


Título original: Blitz
Año: 2011
País: Reino Unido

Dirección: Elliott Lester
Guión: Nathan Parker, basado en una novela de Ken Bruen
Producción: Steve Chasman, Zygi Kamasa, Donald Kushner & Brad Wyman 
Fotografía: Rob Hardy
Música: Ilan Eshkeri
Montaje: John Gilbert
Diseño de producción: Max Gottlieb 
Dirección artística: Steven Carter
Decorados: Lee Sandales
Vestuario: Suzie Farman
Reparto: Jason Startham, Paddy Considine, Aidan Gillen, Zawe Ashton, David Morrissey, Richard Riddell, Des Barron, John Burton, Taya de la Cruz, Nabil Elouahabi, Luke Evans, Rebecca Eve, Elly Fairman, Gregory Finnegan, Rishi Ghosh, Nicky Henson, Omar Hosein, Ian Hughes, Alex Lanipekun, Joanna Miller, Mark Rylance, Serge Soric, Chris Wilson, Luke Barron, Reece Beaumont, Ned Dennehy, Ron Donachie, Steven Harwood-Brown, Julie Hoult, Taylor James, Shiden Mezghebe… 

violencia desatada con control

Hay una clara diferencia entre el cine de acción hecho en Hollywood y el que viene del Reino Unido. Mientras el primero casi nunca llega a ser más que un producto interesante y entretenido, el segundo acaba siendo, la mayor parte de las veces, una obra dura e implacable, que siempre está mucho más cerca de la realidad que las películas estadounidenses. Lo que hace que las británicas sean algo más difíciles de digerir para el público que busca sólo entretenimiento. Es lo que le sucede a Blitz, segunda película como director de Elliott Lester que con un estilo visual minimalista —-tal y como es el apartamento del ascendido Porter Nash (Paddy Considine)—-, consigue contar una historia policíaca contemporánea, de la que se puede sacar una conclusión que ni tranquiliza ni deja una puerta para la esperanza.

La comisaría a la que pertenece el detective Sergeant Tom Brant (Jason Statham) no sólo está en el punto de mira de la prensa por las violentas demostraciones salidas de todo del detective, sino que también lo está por parte de un delincuente de poca monta, Barry Weiss (Aidan Gillen), que se empeñado en llevara cabo una personal venganza contra la policía en la que se aliará con los medios, a los que hace que le denominen como Blitz, el bombardero.

Con un estupendo guión de Nathan Parker, conocido por ser el responsable del de Moon (2009, Duncan Jones), basado en una novela de Ken Bruen, autor de la novela que también dio origen a London Boulevard (2010, William Monahan), Blitz nos muestra un Londres azotado por la violencia en una interpretación que se acerca más a la que ofreciera Takeshi Kitano en Violent Cop (Sono otoko, kyôbô tsuki, 1989), que a la de Don Siegel en Harry, el sucio (Dirty Harry, 1971), como algunos puedan pensar por las características del detective protagonista, porque aquí la violencia que está en la calle, convive con los propios policías que se dedican a luchar contra ella.

Puede que Jason Statham no sea capaz de impregnar a su personaje de la intensidad que tuviera el de Kitano, o la ironía del de Clint Eastwood, pero lo cierto es que gracias a estar rodeado de un impecable reparto encabezado por Aidan Gillen, que interpreta al loco delincuente mata policías, o a Paddy Considine como su superior, un sargento gay, sin olvidar la que desde mi punto de vista es la mejor interpretación de la película, la prácticamente debutante Zawe Ashton, como la ex-toxicómana rehabilitada en policía, Elizabeth Falls, que consigue un personaje capaz ofrecer lo mejor y lo peor, y mucho más fuerte y vulnerable que la composición de Paddy Considine, que acaba por resultar un tanto afectada, y no por la orientación sexual de su personaje.

Resaltar la espléndida labor del diseñador de producción de Max Gottlieb, por la espectacularidad de los escenarios en los que se desarrolla la acción, que nunca se alejan de la realidad y la verosimilitud, así como de la estupenda labor del equipo de decoración y dirección artística, que dota a todos los escenarios en los que se desarrolla la acción de esa misma característica realista, sin perder de vista esa estética minimalista a con la que Elliott Lester rueda su película. No puedo olvidarme del espléndido trabajo de Ilan Eshkeri —-que ya fuera responsable de la magnífica banda sonora de Kick-Ass (2010, Matthew Vaughan)—- en la creación de una fabulosa partitura que también se adecua a la perfección al ejercicio de estilo que desarrolla su director.

En cierta medida, Blitz recuerda aquellas películas de acción británicas que protagonizara Michael Caine, también de un lado y otro de la ley, como Ipcress (The Ipcress File, 1965, Sidney J. Furie), Un trabajo en Italia (The Italian Job, 1969, Peter Collinson), Asesino implacable (Get Carter, 1971, Mike Hodges) o El molino negro (The Black Windmill, 1974, Don Siegel), que ya fueran homenajeadas en una película reciente, protagonizada por el propio Caine, Harry Brown (2009, Daniel Barber). Me atrevería a decir que (siento el SPOLIER) en la muerte del inspector jefe James Roberts (Mark Rylance) hay un homenaje a la muerte de Jim Malone (Sean Connery) en Los intocables de Elliot Ness (The Untochables, 1987, Brian De Palma), pero sin necesidad de copiar la secuencia. Igual que en la película de Brian De Palma, aquí los policías también se toman de vez en cuando la justicia por su mano. Un síntoma de la desestabilización de una sociedad que ya se venía denunciando en Harry Brown y sobre el que convendría tomar medidas pues lo cierto es que Blitz deja bastante claro que tan mal están los de un lado de la ley, como los del otro.

Publicado originalmente en EXTRACINE

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