Título original: The Master
Año: 2012
País: EE.UU.
Dirección: Paul Thomas Anderson
Guión: Paul Thomas Anderson
Producción: Paul Thomas Anderson, Megan Ellison, Daniel Lupi & JoAnne Sellar
Fotografía: Mihau Malaimare Jr.
Música: Jonny Greenwood
Montaje: Leslie Jones & Peter McNully
Diseño de producción: Cassandra Kulukundis
Dirección artística: David Crank & Jack Fisk
Decorados: Amy Wells
Vestuario: Mark Bridges
Reparto: Joaquin Phoenix, Price Carson, Mike Howard, Sarah Shoshana David, Bruce Goodchild, Matt Hering, Dan Anderson, Andrew Koponen, Jeffrey W. Jenkins, Patrick Biggs, Ryan Curtis, Jay Laurence, Abraxas Adams, Tina Bruna, Kevin Hudnell, Hunter Craig, Ryder Craig, Rodion Salnikov, Emily Gilliam, Kody Klein, Amy Ferguson, W. Earl Brown, Frank Bettag, Ariel Felix, Vladimir Velasco, John Mark Reyes, Brian Fong, Diane Cortejo, Leonida A. Bautista, Myma De Dios, Katie Boland, Philip Seymour Hoffman, Amy Adams, Jesse Plemons, Ambyr Childers, Rami Malek, Lorelai Hoey, Martin Dew, Joshua Close, Jillian Bell, Kevin J. Walsh, Lena Endre, Madiesen Beaty, William O'Brien, Kevin J. O'Connor, Patty McCormack, Mimi Cozzens, Zan Overall, Barbara Brownell, Brady Rubin, Jill Andre, Brigitte Hagerman, Charley morgan, Christopher Evan Welch, Laura Dern, Barlow Jacobs, Gigi Benson, Liz Clare, Fiona Dourif, Audrey Finer, Rose Fox, Baily Hopkins, Mari Kearney, Sarah Klaren, Ally Johnson, Brittany Kilcoyne McGregor, LaRain Ring, David Warshofsky, Kimberly Ables Jindra, Theo Crisell, Thomas Knickerbocker, Eban Schletter, Scott Walters, Emily Jordan, Melora Walters, Emily Jordan, Amanda Caryn Jobbins, Olivia Rosemaire Barham, Napoleon Ryan, Jennifer Neala Page…
la manipulación convertida en secta
Aunque la trayectoria profesional de Paul Thomas Anderson sea longeva, The Master constituye tan sólo su sexto largometraje estrenado. Si sus primeros cortometrajes nos remontan a finales de los ochenta, es a mediados de los noventa cuando estrena su ópera prima, Sydney. Desde entonces ha desarrollado una peculiar e insólita carrera que le ha llevado a convertirse en una rara avis de autor dentro del seno de la industria estadounidense. Como tal debe tener el mismo número de seguidores que de detractores, lo que me coloca en una situación relativamente incómoda para hablar de su última película. Porque siendo uno de sus detractores y considerándole siempre uno de esos cineastas manipuladores que se refugian en el exceso visual para salvar sus carencias de fondo, he quedado completamente cautivado con su último relato. Al menos así fue durante hora y media -que ya es bastante-, lástima que en los últimos cuarenta minutos empañe considerablemente todo el clímax conseguido, aunque no por ello consigue desvirtuar su mensaje.
The Master es un relato valiente y cautivador. Casi tanto como sus dos personajes protagonistas, según el punto de vista en que se les mire. De un lado tenemos a Freddie Quell (Joaquin Phoenix), un soldado que ha combatido en la Segunda Guerra Mundial y que regresa a casa con severos traumas psicológicos, y del otro a un inteligente embaucador que trata de aprovecharse de su inestabilidad emocional aleccionándole para su causa. Recordemos que la influencia primordial de Paul Thomas Anderson para The Master fue un documental dirigido por John Huston, Let There Be Light (1946), que se centraba en los severos estados de trauma y depresión que manifestaban los soldados a su vuelta del frente. Si a esto añadimos el relato inspirado por L. Ron Hubbard y los inicios de la poderosa cienciología, representado en la película por Lancaster Dodd (Philip Seymour Hoffman), completaremos la fascinante ecuación que domina la película.
Apoyado en la magnífica fotografía de Mihai Malaimare Jr., -cinematógrafo de corta trayectoria vinculado a la última trayectoria por el cine independiente de Francis Ford Coppola-, una minuciosa ambientación y la fascinante e hipnótica banda sonora de Jonny Greenwood -que ya compusiera la de There Will Be Blood-, Anderson abandona los excesos visuales de sus primeras películas para abordar un relato en el que impera una sobriedad estética y narrativa al servicio del relato y sus personajes. El único recurso que utiliza es una elegante y precisa alteración temporal cuyo sentido sólo entenderemos hacia el final, y que vendría a plantearnos preguntas sobre el personaje que no voy a compartir para no desvelar nada de la historia. Digo elegante porque en un primer momento no se diferencia el tiempo pasado del presente, y sólo a partir de que percibes que ha habido flashback quedarás alerta para sucesivos saltos. Elegante y también sumamente respetuoso, tanto con personajes como con espectador porque sugiere muchas cosas sobre los personajes, sin llegar a afirmar nada. De esta manera permite que sea el espectador quien saque sus propias conclusiones.
Pero lo que verdaderamente es excelente en The Master es la calidad interpretativa de sus protagonistas. Si Philip Seymour Hoffman está igual de espléndido que siempre, me quedo total, completa y absolutamente fascinado con ese desagradable personaje creado Joaquin Phonenix. Freddie Quell es un tipo confuso y complicado al que nadie querría tener nunca a su lado. Sin embargo, Phoenix consigue despertar en el espectador un poderoso sentimiento de compasión hacia él. La que quizás me convence menos sea Amy Adams, no tanto por su interpretación, sino porque no me parece que encaje como esposa de Hoffman, y no me pregunten la razón porque no podría explicarla. La inclusión en el reparto de Laura Dern, confirma la influencia de David Lynch, que desde siempre vengo apreciando en todas las obras de Anderson.
El asunto de la media hora que mencionaba al principio se debe a una inexplicable caída del ritmo (y del interés) en el último tercio de la película. Me guardo para mi los motivos, porque tendría que hablar de detalles que me llevarían al spoiler, y no me parece nada oportuno manipular con mi opinión el relato de un manipulador. Lo que sí puedo compartir con ustedes es una pregunta que inmediatamente me sugirió la película y que les planteo para cuando la vean, ¿se cura Freddie Quell o acaba peor que estaba? Parece una pregunta sencilla pero no lo es porque The Master viene a sumarse a esta reciente tendencia del cine a hablar de la manipulación en filmes como Dans la maison, Life of Pi o, en una vertiente diferente, Dupa dealuri (Beyond the Hills). Todas ellas parecen venir a advertirnos de que a pesar de que vivimos en una era dominada por la comunicación audiovisual, por lo que sería plausible entender que el espectador está alertado sobre los peligros de la manipulación, en realidad y debido probablemente por el exceso de estímulos, somos mucho más sensibles a ser víctimas de personajes como Lancaster Dodd.
Publicado originalmente en EXTRACINE
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