sábado, 10 de marzo de 2012

Shame


Título original: Shame
Año: 2011
País: Reino Unido

Dirección: Steve McQueen
Guión: Abi Morgan & Steve McQueen
Producción: Iain Canning & Emile Sherman  
Fotografía: Sean Bobbitt
Música: Harry Escott
Montaje: Joe Walker 
Diseño de producción: Judy Becker 
Dirección artística: Charles Kulsziski
Decorados: Heather Loeffler
Vestuario: David C. Robinson
Reparto: Michael Fassbender, Carey Mulligan, Lucy Walters, Mari-Ange Ramirez, James Badge Dale, Nicole Beharie, Alex Manette, Hannah Ware, Elizabeth Masucci, Rachel Farrar, Loren Omer, Lauren Tyrrell, marta Milans, Jake Richard Siciliano, Robert Montano, Charisse Bellante, Amy Hargreves, Anna Rose Hopkins, Carl Low, Calamity Chang, DeeDee Luxe, Stanley Mathis, Wene Alton Davis… 

visita al médico sin opción a tratamiento

Está visto que nunca hay que dejar nada por sentado. Realmente creí que una película como Shame, avalada por su inmejorable acogida en el festival de Venecia, donde se llevara el premio al mejor actor para Michael Fassbender, y tras la acogida de la crítica, iba a ser un plato muy de mi gusto. Sin embargo, la película dirigida por Steve McQueen me dejó, más que con mal sabor de boca, con la miel en los labios y sin llegar a probar realmente bocado.

Si bien existen aspectos muy interesantes en el guión de Shame, escrito por el propio McQueen en colaboración con Abi Morgan -autora por cierto de otra película premiada recientemente, aunque con fallido guión, The Iron Lady-, desde la construcción de los personajes, a la relación que hay entre ellos y toda esa deixis que permite al espectador especular tanto sobre sus relaciones personales como sobre las familiares, pero sin llegar a confirmar absolutamente nada, amplía generosamente el marco de la película, pero siempre a costa de la demonización de las personas que han tenido problemas familiares. ¿Acaso nunca sufrirían estos trastornos aquellos que han tenido una infancia feliz y armoniosa? Permitan que lo dude.

Lo que Shame me transmite es la sensación de que estoy ante una película inacabada, inconclusa, indefinida. Una pormenorizada exposición de los síntomas de una enfermedad psicológica, cuyo único objetivo fuera que el personaje protagonista tomara conciencia de ello. Si ese era el objetivo de McQueen y Morgan con su relato, indudablemente lo han cumplido, pero a un servidor le deja la misma sensación que te puede dejar un médico que te explica a la perfección la enfermedad que padeces, pero te despacha después sin explicarte ni los motivos que la causan, ni el tratamiento adecuado para superarla.

Si la factura visual de la película es impecable, poderosa incluso, gracias a su magnífica fotografía y una banda sonora perfectamente acorde al estado emocional de sus personajes, sucumbe ante la ingenuidad de algunas de las situaciones que se proponen como escandalosas pero delatadas por su propia artificialidad, como la larga secuencia que muestra el infierno al que desciende el protagonista, alterada por un flashback que no aporta ningún sentido psicológico ni argumental porque no es que el personaje descienda en esos momentos al infierno, sino que lleva viviendo en él desde la primerísima secuencia.

A pesar de todo, hay que reconocer que Michael Fassbender está estupendo. Se entrega en cuerpo y alma a una interpretación completa y absolutamente orgánica. Aunque a mi parecer Carey Mulligan está increíblemente mejor, a pesar de la corta intervención de su personaje. Antológica me parece ya su versión, en un largo y maravilloso primer plano, de New York, New York, el conocido tema compuesto por John Kander y Fred Ebb para la banda sonora de la película homónima de Martin Scorsese. Mención especial para Nicole Beharie en su tercer proyecto cinematográfico, como el personaje más cuerdo de toda la historia.

A pesar de este sabor de boca incompleto que Shame me deja, sin duda se trata de un plato que merece ser saboreado y que, sin tener ni postre ni entrantes, es contundente y perfectamente lícito de ser incluido en el menú de todo cinéfilo contemporáneo.

Publicado originalmente en EXTRACINE

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