Título original: Bright Star
Año: 2009
País: Australia, Francia & Reino Unido
Dirección: Jane Campion
Guión: Jane Campion, basado en la novela de Andrew Motion
Producción: Jac Chapman, Carolina Hewitt & David M. Thompson
Fotografía: Greig Fraser
Música: Mark Bradshaw
Montaje: Alexandre de Franceschi
Diseño de Producción: Janet Patterson
Dirección Artística: Christian Huband
Decorados: Charlotte
Watts
Vestuario: Janet
Patterson
Reparto: Abbie Cornisa, Ben Whishaw, Paul Schneider, Ferry Fox,
Edie Martin, Thomas Sangster, Claudie Blakley, Gerard Monaco, Antonia
Campbell-Hughes, Samuel Roukin, Amanda Hale, Lucinda Raikes, Samuel Barnett,
Jonathan Aris, Olly Alexander, François Testory, Theresa Watson, Vincent
Franklin, Eileen Davies, Roger Ashton-Griffiths, Sally Reeve, Sebastian
Armesto, Adrian schiller, Alfred Harmsworth, Lucas Motion, Topper...
la heroína femenina moderna
Bright Star es la última película de Jane
Campion, la cineasta neozelandesa que con cada una de sus películas ilumina
sobre un nuevo aspecto del universo femenino con sensibilidad pero con templanza,
con fuerza pero con sentimiento; a la vez que articula un nuevo discurso sobre
la necesidad del otro para alcanzar la confirmación personal.
La
primera imagen de la película, un plano extremadamente cercano al objeto
fotografiado, una firme aguja penetrando una delicada tela, sirve para
situarnos en el tono en el que va a transcurrir la película, directa al
sentimiento. Un sentimiento que desgarra a la vez que repara. Asimismo también
sirve como la metáfora de los dos mundos que se van a retratar el del poeta
John Keats (Ben Whishaw) y su musa Fanny Brawne (Abbie Cornish), pues igual que
no podemos reparar la tela sin la aguja, el poeta necesita de la influencia y
el sentimiento que le produce Fanny para alcanzar su madurez artística. De
hecho, el discurso de Jane Campion, no figura en torno a la figura de John
Keats, sino a la de Fanny Browne, que fue quien verdaderamente le convierte en
un auténtico poeta romántico.
"Los
poemas sólo se entienden con los sentidos"
Al
igual que los personajes de su historia se mueven a través de los sentidos,
Jane Campion articula su relato en función de una brillante, elegante y
delicada puesta en escena que se mueve por una precisión en los encuadres que
nos transporta al siglo XIX a través de un constante evocación pictórica,
acariciada por la delicada suavidad lumínica que aporta el magistral trabajo de
fotografía de Greig Fraser. Pero sobre todo, del impresionante trabajo de
vestuario de Janet Patterson, a cargo también del diseño de producción de la
película, que con la exaltación del vestuario por encima de los decorados,
centra toda la atención sobre los personajes, nunca sobre su entorno, como era
muy propio del romanticismo.
En
este deambular por los sentimientos, la imagen prevalece sobre la música, quedando
las breves pero intensas composiciones de Mark Bradshaw relegadas, única y
exclusivamente, a los momentos trágicos de la película sirviendo, finalmente,
como premonición de las malas noticias y predisponiendo al espectador para un
estado de ánimo absolutamente trágico y romántico.
Siempre
que nos enfrentamos a personajes femeninos de épocas pretéritas, parece que la
reivindicación de la mujer se limita a mostrarnos mujeres que
se consideran modernas sólo porque se comportan como debiera hacerlo un hombre,
por eso encuentro fascinante que Jane Campion nos presente a una mujer cuyos
intereses son, en principio y siempre según una definición tradicional identificada en la película con la de Mr. Brown (Paul Schneider), la de la
mujer que parece estar interesada sólo en la ropa, la apariencia y las
atenciones con las que el hombre agasaja a la mujer con la intención de
conseguir sus favores. Pero Fanny sí es una mujer moderna, pero porque no se
deja someter. Cada vez que Mr. Brown trata de ridiculizarla con sus machistas
comentarios, ella no se amilana ni agacha la cabeza, bien al contrario, le
planta cara y combate con sus argumentos. El contrapunto lo ofrece Abigail
(Antonia Campbell-Hughes), que sí se somete a los deseos del hombre con pasividad
y resignación, aunque puedan perjudicar su propia dignidad.
"Estoy
enamorada. Esto es el amor. Nunca más bromearé sobre ello. Duele tanto que creo
que podría morir."
Todo
el reparto de la película está perfectamente escogido para el personaje que
representa, particularmente los dos protagonistas, capaces de transmitir a la
perfección sus sentimientos y emociones, pero cabe resaltar dos figuras clave, la magnífica interpretación del hombre rudo y basto que hace Paul
Schneider como Mr. Brown, quien deja entrever a la perfección la atracción
sexual que siente por Fanny; y la agradable sensación de apoyo y cariño que
brinda Kerry Fox como la madre de Fanny. Ambos personajes constituyen el apoyo
de los dos personajes protagonistas, dotando de credibilidad y coherencia el
estado de ánimo en el que viven los protagonistas y sirviendo como contrapunto.
No puedo dejar de mencionar la precisa y conmovedora interpretación de Edie
Martin como Toots, la hermana de Fanny, en lo que parece una nueva variante de
aquel personaje que interpretara Anna Paquin en El piano (The Piano, 1993, Jane Campion).
Tan
sólo quisiera resaltar un momento de la película, la secuencia de las mariposas
que sirve como una excelente metáfora del amor fou, ese amor arrebatado y
pasional que experimentan nuestros protagonistas y que, igual que la vida de
las mariposas, será breve, aunque no efímero, permaneciendo en el tiempo y en
la memoria de Fanny Brawne, gracias al poema de John Keats, y en la nuestra,
gracias al filme de Jane Campion.
Publicado originalmente en EXTRACINE
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