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domingo, 8 de diciembre de 2013

Carrie


Título original: Carrie
Año: 2013
País: Estados Unidos

Dirección: Kimberly Peirce
Guión: Roberto Aguirre-Sacasa, basado en una novela de Stephen King, anteriormente adaptado por Lawrence D Cohen
Producción: Kevin Misher  
Fotografía: Steven Yedlin
Música: Marco Beltrami
Montaje: Lee Percy & Nancy Richardson 
Diseño de producción: Carol spier 
Dirección artística: Nigel Churher
Vestuario: Luis Sequeira
Reparto: Chloë Grace Moretz, Julianne Moore, Gabriella Wilde, Portia Dounleday, Alex Russell, Zoë Belkin, Ansel Elgort, Samantha Weinstein, Karissa Strain, Judy Greer, Katie Strain, Barry Shabaka Henley, Demetrius Joyette, Arlene Mazerolle, Evan Gilchrist, Eddie Max Huband, Tyler Rushton, Connor Price, Jefferson Brown, Cynthia Preston, Philip Nozuka, Kyle Mac, Max Topplin, Mouna Traoré, Derek McGrath, Chris Britton… 

nosotros comemos mierda

Más allá de la demostración formal de Gus Van Sant con Psycho o de la declaración de principios de Michael Haneke con Funny games —el primero para demostrar que la película de Alfred Hitchcock era diferente siendo exactamente la misma, y el segundo porque la suya es la misma tanto si sus personajes hablan en alemán como en inglés—, la única motivación que Kimberly Peirce debe haber tenido para dirigir Carrie ha sido la de Virgil Starkwell en la que fuera ópera prima de Woody Allen: coger el dinero y salir corriendo… Quizás para hacer otra cosa que le interese más que una nueva adaptación de la que fuera primera novela publicada de Stephen King. De otra manera no puedo entender que este bodrio fuera obra de la misma autora de una película tan estremecedora como Boys don't cry...

Puedes leer la crítica completa en 400Films

domingo, 17 de noviembre de 2013

Sólo Dios perdona


Título original: Only God forgives
Año: 2013
País: Francia, Dinamarca, Tailandia, Suecia y Estados Unidos

Dirección: Nicolas Winding Refn
Guión: Nicolas Winding Refn
Producción: Lene Børglum, Sidonie Dumas & Vincent Maraval  
Fotografía: Larry Smith
Música: Cliff Martinez
Montaje: Matthew Newman 
Diseño de producción: Beth Mickle 
Dirección artística: Russell Barnes & Witoon 'Boom' Suanyai
Vestuario: Wasitchaya 'Nampeung' Mochanakul
Reparto: Ryan Gosling, Kristin Scott THomas, Vithaya Pansringarm, Gordon Brown, Yayaying Rhatha Phongam, Tom Burke, Shajak Boonthanakit, Pitchawat Petchayahon, Charlie Ruedpokanon, Kowit Wattanakul, Wannisa Peungpa, Narucha Chaimareung, Danai Thiengdham, Wittchuta Watjanarat, Nophand Boonyai, Teerawat Mulvilai, Aratchaporn Sataed, Dujdao Vadhanapakorn, Matthew Ryder, Oak Keerati, Sasapin Siriwanji, Nuntiya Thongnoo, Byron Gibson, Saicheer Wongwirot, Alisa Wongvisut, Byron Bishop… 

ya le pedirán cuentas el día del juicio final

¿Es posible que la mayoría de la crítica especializada en Sitges quedara rendida ante Sólo Dios perdona (Only God forgives)? Así me lo comentaba mi jefa de comunicación y prensa cuando las redes sociales se rendían ante los pies de Nicolas Winding Refn. Si quizás me pareció excesivo darle el premio a la mejor dirección en Cannes por Drive, lo cierto es que su intento de hacer una película desde el punto de vista de David Lynch le quedó realmente bonita, aunque carente de la profundidad de películas como Corazón salvaje (1990, Wild at heart), que había sido Palma de Oro antes en Cannes. Da la impresión de que ahora, más que rendir homenaje a Apichatpong Weerasethakul, pretendiera hacer una densa obra en la más pura línea de Robert Bresson. Y lo siento mucho, pero fracasa rotundamente a los ojos de un servidor.

De entrada, la mirada de Ryan Gosling no me transmite absolutamente nada, aunque tampoco lo hacía en Drive. Si allí estaba secundado por una espléndida Carey Mulligan, aquí la que se lleva absolutamente toda la atención es la prodigiosa Kristin Scott Thomas, que sí comunica, aunque no tenga muchas cosas que decir. Only God forgives es una obra todavía mucho más artificial que Drive, que al fin y al cabo no era más que un lujoso anuncio de coches presentados como si fueran perfumes, aunque la disfruté bastante debido a su intensidad emocional. Si ésta se beneficiaba del entorno hollywoodiense para justificar su artificialidad, el exceso de fatal dramatismo en unas situaciones demasiado exageradas e incoherentes y las irrupciones gratuitas y desorbitadas de violencia, no quedan justificadas aquí, ni aunque estemos en Thailandia...

Puedes leer la crítica completa en 400Films

sábado, 16 de noviembre de 2013

Séptimo


Título original: Séptimo
Año: 2013
País: España & Argentina


Dirección: Patxi Amezcua
Guión: Patxi Amezcua & Alejo Flah
Producción: Álvaro Augustín, Jordi Gasull, Axel Kuschevatzky, Andrés Longares, Matías Mosteirín & Edmon Roch  
Fotografía: Lucio Bonelli
Música: Roque Baños
Montaje: Lucas Nolla 
Decorados: Agostina De Francesco
Reparto: Ricardo Darín, Belén Rueda, Luis ziembrowski, Osvaldo Santoro, Guillermo Arengo, Jorge D'Elía, Andrea Carballo… 

cómo convertir el dolor en mierda

En línea con las propias películas que hace para la pequeña pantalla, la división cinematográfica de Tele5, parece haber encontrado la manera de hacer en el cine lo mismo que hacen en la televisión, es decir, convertir el dolor de la gente en un pedazo de mierda sensacionalista. En su segunda película como director, Patxi Amezcua coge una de esas noticias que tanto indigna al espectador televisivo y falla estrepitosamente en su intención de convertirla en el intenso thriller que anuncian. 

Aunque haya escrito guiones para otros [Best-Seller: el premio (1996, Carlos Pérez Ferré), El viaje de Arián (2000, Eduard Bosch), Bruc. el desafío (2010, Daniel Benmayor)], además de los suyos propios, y teniendo la ayuda de Alejo Flah, que fuera guionista de la serie (de tele5) Vientos de agua (2006, Juan José Campanella), les ha faltado la habilidad para desarrollar su propuesta con propiedad, presentando una idea tan estirada que si la hubieran tirado escrita en un papel por el hueco de la escalera, habría ido directa a la mierda de un perro. Si la historia carece de suspense, peor es todavía la capacidad narrativa del director, que parece justificarse con las 70 maneras de mostrar una escalera que muestra.

Por mucho que Ricardo Darín defienda con su fuerza y convicción habituales a este padre coraje, no basta para sostener el peso de la película. Sobre todo si tenemos en cuenta que su principal compañera de reparto es la sosa, insulsa y anodina Belén Rueda, incapaz de disimular que conoce el final de la historia que está interpretando. No es que me moleste intuir, desde el momento en que abre la boca, cómo va a terminar la historia, es que ella no es capaz de parecer madre, ni esposa, ni tranquila, ni ansiosa, ni capaz de nada.

Ya no es una cuestión del relato o de la posible intención de (nula)  expresión artística. Es la falta de sensibilidad y responsabilidad de los que se han atrevido a construir un relato a partir de una premisa que causa dolor, y no me refiero a la pérdida de tus hijos, sino a otra cuestión que no pretendo desvelar, para castigo de los que se atrevan a ir a verla al cine. 

No es que no crea que haya personas capaces de hacer lo que se muestra en Séptimo, es que la manera zafia y torpe en la que se resuelven las situaciones, no sólo deja claro el bajo nivel artístico de sus creadores, sino que demuestra que no les interesaba en absoluto contar una historia, transmitir unas emociones o concienciar de un problema social, tan sólo hacer un producto con el que ganar dinero. Vista la taquilla que han conseguido, está claro que son muy buenos comerciantes, sólo espero que abandonen el cine para montar un bar en un pueblo remoto, un chiringuito en una playa inaccesible o un restaurante en un asteroide que acabe absorbido por un agujero negro.

miércoles, 6 de noviembre de 2013

El juego de Ender


Título original: Ender's game
Año: 2013
País: EE.UU.

Dirección: Gavin Hood
Guión: Gavin Hood, basado en una novela de Orson Scott Card
Producción: Orson Scott card, Robert Chartoff, Lynn Hendee, Alex Kurtzman, Linda McDonough, Robert Orci, Gigi Pritzker & Ed Ulbrich  
Fotografía: Donald McAlpine
Música: Steve Jabonsky
Montaje: Lee Smith & Zach Staenberg 
Diseño de producción: Sean Haworth & Ben Procter 
Dirección artística: Greg Berry, A. Todd Holland & Clint Wallace
Decorados: Peter Lando
Vestuario: Christine Bieselin Clark
Reparto: Asa Butterfield, Harrison Ford, Hailee Steinfeld, Abigail Breslin, Ben Kingsley, Viola Davis, Aramis Knight, Suraj Partha, Moises Arias, Khylin Rhambo, Jimmy 'Jax' Pinchak, Nonso Anozie, Conor Carroll, Caleb J. Thaggard, Cameron Gaskins, Stevie Ray Dallimore, Andrea Powell, Brandon Soo Hoo, Kyle Russell Clements, Wendy Miklovic, Jasmine Kaur, Han Soto, Edrick Browne, Tony Mirrcandani, Christopher Coakley, chase Walker, Gavin Hood… 

la guerra no es un juego de niños

El juego de Ender es una de esas películas que llegan rodeadas de gran expectación, sobre todo para el colectivo geek. Primero porque parte de la popular novela homónima de Orson Scott Card que, al ser uno de los productores de la película, se puede interpretar su aprobación sobre el proyecto. Pero por otro lado, porque aglutina algunas de las tendencias más valoradas por este tipo de público, como son la ciencia ficción y los videojuegos, haciendo incluso las delicias de los más frikis por la alusión indirecta a La guerra de las galaxias debido a la inclusión de Harrison Ford en el reparto. 

Quizás muchos deberían haber sido más prudentes al dar rienda a sus expectativas, porque finalmente, tanto el encargado de adaptar el texto a la pantalla, como el director de la película, ha sido Gavin Hood, responsable de la película más floja de la saga X-Men, X-Men Orígenes: Lobezno (X-Men Origins: Wolverine, 2009). Lo único que demuestra en su nueva película es que pondrá mucho empeño, pero le falta desempeño. A mi favor juega no conocer la novela de antemano, más que nada porque así mi percepción de la película está menos contaminada al no poder establecer las diferencias con la novela, por lo que si me gusta o no, no podré decir aquello de «el libro estaba mejor». 

Acorde con su presupuesto, toda la parte técnica y artística de El juego de Ender está resuelta con soltura y mucho esplendor. El diseño de producción es fabuloso, como los efectos visuales resultan espectaculares, así como también el vestuario y la fotografía. Quizás la banda sonora de Steve Jablonsky resulte un poco cansina —muchos bodrios en su trayectoria justifican mi percepción—, sobre todo porque es de esas partituras que se empeñan en dirigir tus emociones. El montaje de la película es adecuado y, en general, puedo decir que estamos ante una película considerablemente entretenida. Harrison Ford abusa del estereotipo, pero Viola Davis salva cualquier situación, de la misma manera que lo hacen Ben Kingsley y Nonso Anozie —importado de Juego de tronos, por si les suena y no se acuerdan de dónde. 

Pero entonces, ¿dónde está el problema? Podríamos buscarlo en el reparto infantil, convenientemente crecido para la credibilidad del relato en la pantalla, y creo que este es el primer error. Primero porque Asa Butterfield es incapaz de transmitir los conflictos de su personaje, y segundo por la las actitudes de estos jóvenes resultan contradictoras en sí mismas. Quiero decir, si la mayoría de los adolescentes que han sido escogidos para este deseado programa de formación son conscientes de su suerte y las posibilidades que tienen por delante, ¿por qué se siguen comportando como pandilleros de extraradio? ¿Porqué se empeña la familia de Ender en que no siga adelante, a pesar de que estaban encantados de que su hermano y hermana pasaran antes por el mismo programa? Sencillamente, porque lo pone el guión, y aquí reside el gran problema de la película, que sólo se preocupa en plantear, sin ofrecer justificación alguna.

¿Qué le pasa a esta sociedad que tiene que recurrir a niños para ir a la guerra? ¿Donde está la amenaza real de los insectores? Es posible que sobre el papel, el relato funcionara muy bien. Incluso contar la película puede dar la impresión de que estamos ante un relato de fantasía bastante logrado e incluso interesante. Pero tratar temas como la violencia juvenil, los conflictos fraternales, el bullying, la guerra y la muerte a través de unos personajes tan superficiales, hace que se desmorone por completo la verosimilitud del relato. Tampoco ayuda que Halle Steinfeld demuestre que lo de Valor de Ley fue cosa de su personaje, que no sus dotes para la interpretación. Si hasta casi son más profundas las secuencias de animación que las reales. De hecho, el propio juego al que juega Ender es más interesante que la película en sí. Lástima que forme parte de la nota más femenina de la película y quede relegada en favor de la acción.

Es posible que el autor de la novela original asumiera la influencia de la saga de la Fundación de Isaac Asimov y de los trabajos de la Guerra Civil Americana de Bruce Catton —al final los insectores van a ser los negros y estamos ante una película financiada por la ultraderecha—, pero a un servidor le resulta inevitable no relacionar la historia con El señor de las moscas, la maravillosa, cruel y violenta novela de William Golding. La relación es obvia en cuanto a los niños —más infantes que no adolescentes—, aunque en la isla no tenían que luchar contra las moscas (o los insectores), sino que acababan luchando contra ellos mismos. Lo que dotaba al relato de una mayor fuerza era la ausencia de adultos, que es otra de las notas discordantes de El juego de Ender. Los diálogos y actitudes entre niños y adultos son demasiado antinaturales, la distancia entre unos y otros no permite que acabemos de entrar de lleno en un relato que es más fantástico por este tipo de relaciones, que por todo lo demás. 

viernes, 30 de agosto de 2013

Kick-Ass 2


Título original: Kick-Ass 2
Año: 2013
País: EE.UU. & Reino Unido

Dirección: Jeff Wadlow
Guión: Jeff Wadlow, basado en el cómic de Mark Millar y John Romita Jr.
Producción: Adam Bohling, Tarquin Pack, Brad Pitt, David Reid & Matthew Vaughn  
Fotografía: Tim Maurice-Jones
Música: Henry Jackman & Matthew Margeson
Montaje: Eddie Hamilton 
Diseño de producción: Russell De Rozario 
Dirección artística: Joe Howard & Aleksandra Marinkovich
Decorados: Sophie Newman
Vestuario: Sammy Sheldon
Reparto: Aaron Taylor-Johnson, Chlöe Grace Moretz, Morris Chestnut, Claudia Lee, Amy Anzel, Clark Duke, Augustus Prew, Mary Kitchen, Donald Faison, Matt Steinberg, Steven Mackintosh, Monica Dolan, Garrett M. Brown, Lyndsy Fonseca, Christopher Mintz-Plasse, Yancy Butler, John Legizamo, Tom Benedict Knight, Sophie Wu, Paul Raposo, David Vena, Chris Chan, Trevor Allan Davies, Jim Carrey, Robert Emms, Lindy Booth, Cinna, Ella Purnell, Tanya Fear, Charlie Clapham, Chuck Liddell, Daniel Kaluuya, Trenyce Cobbins, Wesley Morgan, King Lau, Benedict Wong, Chantelle Chung, Andy Nyman, Tom Wu, Olga Kurkulina, Angelica Jopling, Enzo Cilenti, Dimitri Vantis, Iain Glen, Eben Young, John Bregar, Mike Chute, Christopher Cordell, Shane Daly, Kevan Kase, Martin Roach, John Schwab, Todd Boyce, Jesse Camacho, Stewart Scudamore, Mif, Rob Archer, James Cutler, Adam Bond… 

con un par no, con extraordinarias dosis de irresponsabilidad

Una película como Kick-Ass 2 no necesita crítica ni recomendación. De nada sirve hablar bien o mal de ella porque es el típico producto que levanta tantos defensores como detractores. Quizás sea esa, de hecho, su mayor cualidad. Qué duda cabe que quien disfrutó de los delirios de Matthew Vaughn en Kick-Ass, vendrá dispuesto a gozar como uno de los propios frikis que protagonizan Kick-Ass 2. De la misma manera, sus detractores encontrarán exactamente las mismas carencias y excesos que caracterizaban su predecesora, con alguna puntualización que quizás sea interesante resaltar.

Aparte de desaprovehcar a John Leguizamo y ¿salía Jim Carrey?, de entrada decir que lo mejor sigue siendo la presencia de Chlöe Grace Moretz, que consigue arrebatar con su personaje sin la necesidad de pirotecnia. Si bien la secuencia en lo alto de la furgoneta me parece absolutamente desproporcionada, encuentro hilarantes tanto su prueba como animadora, como la escatológica lección con la que castiga a su compañera de clase. Lástima que no hayan hecho de ella la protagonista absoluta, como debiera haber sido, perdiendo así una gran oportunidad de revitalizar verdaderamente la serie, por mucho que se llame como su compañero de reparto, Aaron Taylor-johnson, infinitamente mas mediocre que ella. Está claro que tiene un lugar importante, pero el miedo a perder el "encanto" de otros personajes les ha llevado a establecer un equilibrio entre Hit-Girl, Kick-Ass y su enemigo, antes conocido como 'Bruma Roja', rebautizado ahora como 'El hijoputa' —con Christopher Mintz-Plasse más cerca de la caricatura que de otra cosa—, les ha impedido crear una nueva aventura de equipo, en favor de una continuación que, si bien está perfectamente nutrida de secuencias de acción, argumentalmente es incluso más floja que su precedente.

Me cuesta entender que Hans Zimmer no vaya a interponer una demanda a Henry Jackman y Matthew Margeson, compositores de la banda sonora original, a propósito del descarado plagio que hacen de su partitura para Origen (Inception, 2010, Christopher Nolan). También me deja perplejo el nivel amateur del equipo de peluquería, incapaz de disimular las pelucas de algunos de los personajes, particularmente el flequillo postizo que Moretz luce en el primer tercio de la película. Pero lo que termina de desilusionarme es la falta de compromiso, tanto de los personajes como de Jeff Wadlow, director y autor del guión de la película. Si los primeros se empeñan en consolidarse como los defensores del bien, lo hacen a base de tomar café. Y si bien el segundo diseña unas secuencias de acción considerablemente espectaculares, lo cierto es que están más cerca de los superhéroes que pretende satirizar, que de unos frikis cuyo mayor merito es la cualidad absurda del disfraz que lucen.

Finalmente, será la contradicción la que mejor defina una película como Kick-Ass 2, que se erige en defensora del colectivo homosexual al poner en boca de Hit-Girl una frase como «tu homofobia te hace parecer más homosexual», para después abusar del estereotipo de homosexual afectado al que encima se refieren como 'insecto'. Auspiciados en favor de la comicidad vulgar y más descarada, aprovechan la misma línea xenófoba, que ya caracterizaba su precedente, para bautizar a algunos personajes, de la misma manera que hacen un uso terriblemente irresponsable de la violencia en manos de adolescentes, que es lo que, en definitiva, son la mayoría de los personajes de la película. Seguro que muchos lo encuentran muy divertido, pero para un servidor contribuye a la misma xenofobia que hace estragos actualmente en Rusia.

domingo, 4 de agosto de 2013

The Lords of Salem


Título original: The Lords of Salem
Año: 2012
País: EEUU, Reino Unido & canadá

Dirección: Rob Zombie
Guión: Rob Zombie
Producción: Don  
Fotografía: Maxime
Música: Jeff
Montaje: Michele 
Diseño de producción: Alicia 
Dirección artística: Anthony
Vestuario: Wendy
Reparto: Sheri Moon Zombie, Bruce Davidson, Jeff Daniel Phillips, Judy Geeson, Meg Foster, patricia Quinn, Ken Foree, Dee Wallace, maria Conchita Alonso, Richard Fancy, Andrew Prine, Michael Berryman, Sid Haig, Bonita Friedericy, Nancy Linehan Charles, Flo Lawrence, Brynn Horrocks, Suzanne Voss, Susan Gray, Torsten Voges, Niko Posey, Julian Acosta, Lisa Marie, Brandon Cruz, Gabriel Pimentel, John 5, Piggy D., Roger W. Morrissey, Barbara Crampton, Michael Shamus Wiles, Dustin Quick, James Messersmith, Troy… 

pido un conjuro para alejar a rob zombie del cine

Hay guiones que si estuvieran escritos por adolescentes de 12 o 14 años, podrían tener algún interés. Más que nada por la posibilidad de que ante un relato prometedor, su autor pueda madurar y llegar a convertirse en un cineasta de calidad. No es, desde luego, el caso de Rob Zombie, de quien desconozco el resto de su filmografía (que ya no quiero descubrir), porque con The Lords of Salem tan sólo consigue articular el prodigioso truño de un cineasta empeñado en demostrar que está tan desfasado y caducado como el vestuario que luce la protagonista de su película, que pareciera directamente sacado de los restos de armario de la diseñadora del vestuario de The Doors (o del armario de la madre de la protagonista).

Intentar explicar lo que Rob Zombie pretende con su película, sería tanto como preguntarle a un adolescente cómo escoge entre las diferentes tribus urbanas que le ha tocado vivir. Claro que el director de la película dista bastante de ser un adolescente. En el fondo, se me antoja que su propósito (por apostar algo) pudiera ser el de postularse como creador de videoclips para bandas y artistas como Nine Inch Nails, Marilyn Manson o David Bowie, aparte de para sí mismo. Si bien su relato es insoportablemente torpe, desesperantemente obvio y absolutamente previsible, su capacidad para crear imágenes interesantes no deja de llamar la atención. Eso sí, es una belleza carente de fuerza, sin estimulación alguna, porque sus delirios satánicos no llegarían ni a escandalizar a los conservadores más recalcitrantes.

Crítica completa en EXTRACINE

domingo, 16 de junio de 2013

Trance


Título original: Trance
Año: 2013
País: Reino Unido

Dirección: Danny Boyle
Guión: Joe Ahearne & John Hodge
Producción: Danny Boyle & Christian Colson  
Fotografía: Anthony Dod Mantle
Música: Rick Smith
Montaje: Jon Harris 
Diseño de producción: Mark Tidesley 
Dirección artística: Katrina Dunn, Denis Schnegg & Su Whitaker
Decorados: Dominic Capon
Vestuario: Suttirat Anne Larlarb
Reparto: James McAvoy, Vincent Cassel, Rosario Dawson, Danny Sapani, Matt Cross, Wahab Sheikh, Mark Poltimore, Tuppence Middleton, Simon Kunz, Michael Shaeffer, Tony Jayawardena, Vincent Montuel, Jai Rajani, Spencer Widing… 

todos estaban hipnotizados cuando aceptaron participar en la película

Parece mentira que Danny Boyle haya sido seminarista antes que cineasta. Poco debe quedar de sus enseñanzas religiosas a la vista de la condescendencia con la que retrata a sus personajes. Según lo que muestra en Trance la mayor parte de los que acuden a las subastas de obras de arte son delincuentes de alto standing, la policía es un grupo de ineptos inmigrantes que ni salen de su furgoneta -ni saben salir- para custodiar el recinto asignado bajo su protección y los psiquiatras, psicólogos y terapeutas son gente sin escrúpulos que escoge ese oficio para ganarse unas perrillas porque lo que es vocación, no deben tener ninguna. Lástima que no le hipnoticen a él y le hagan olvidar su etapa como cineasta para que vuelva a ingresar en una orden religiosa que le envíe a algún lugar bien remoto.

Por un lado me da la impresión de que Boyle hubiera digerido bastante mal Origen (Inception, 2010, Christopher Nolan), por razones obvias, y, por otro, es evidente que la premisa de la película podría funcionar mejor en el guión de la TV-Movie para la que lo escribiera originalmente Joe Ahearne, hace más de una década, pero no hoy en día. ¿Me estás contando que roban un cuadro de Goya y no aparece un sólo policía en toda la película? No hay investigación ni ningún tipo de cuestionamiento. ¡¡Pero, si está claro que el primer sospechoso siempre sería el personaje interpretado por James McAvoy!! 

Puedo entender que John Hodge, guionista habitual de las películas de Boyle, haya sido incapaz de reparar las lagunas, pero que ¿ninguno de los actores se haya dado cuenta? Quizás es que todos ellos, al igual que sus personajes, lo hacían todo por la pasta. Uno se cuestiona incluso la capacidad de cada uno de los actores que forman el reparto para decidir participar en un proyecto de tan baja calidad.

Para qué perder más el tiempo hablando de una película que no merece la pena. Ni por su banda sonora, ni por su trío protagonista -que no consigue hacer mínimamente creíble a ninguna de sus personajes-, ni por los previsibles y aburridos giros de guión. No hay nada en Trance que no evite por un sólo momento la sensación de que estás perdiendo el tiempo. Despierta y vete a ver otra película. 

jueves, 13 de junio de 2013

Hijo de Caín


Título original: Fill de Caín
Año: 2013
País: España

Dirección: Jesús Monllaó
Guión: Sergio barrenó & David Victori, basado en una novela de Ignacio García-Valiño
Producción: Sebastian Mery  
Fotografía: Jordi Bransuela
Música: Ethan Lewis Maltby
Montaje: Bernat Aragonès 
Dirección artística: José Massagué
Vestuario: Núria Anglada
Reparto: José Coronado, Abril García, Xavi Lite, Julio Manrique, Maria Molins, Mercè Rovira, David Solans, Jack taylor, Helena de la Torre, Maria Boquera… 

todos los clichés más insalvables en una sola película

Sólo hay una cosa más ridícula que un director español tratando de copiar las fórmulas del cine de género del cine estadounidense: que también lo haga uno catalán. En su primera película como director, Jesús Monllaó no sólo comete ese gran error, sino que además lo hace mal. Aunque claro, si tenemos en cuenta que parte de una novela que en su día fue finalista al premio de novela Ciudad de Torrevieja, cualquiera puede hacerse una idea del pedazo de bodrio que puede resultar Fill de Caín. Confieso que estoy desconcertado. Así como a los cinco minutos de comenzar la película ya sabía exactamente todo lo que iba a suceder, me encuentro en una terrible disyuntiva al afrontar la crítica de Hijo de Caín, título de la película en español. La desorientación no se debe tanto al relato, sino a que en un afán de tratar de encontrar una disculpa para sus creadores me he encontrado con que son unos impostores de pacotilla con aspiraciones más descabelladas (y absurdas) que las del protagonista de su propia película.

Puedes leer la crítica completa en EXTRACINE

domingo, 5 de mayo de 2013

Mamá


Título original: Mama
Año: 2013
País: España & Canadá

Dirección: Andrés Muschietti
Guión: Neil Cross, Andrés Muschietti & Barbara Muschietti, basado en una idea original de Andrés Muschietti & barbara Muschietti
Producción: J. Miles Dale & Barbara Muschietti  
Fotografía: Antonio Riestra
Música: Fernando Velázquez
Montaje: Michele Conroy 
Diseño de producción: Anastasia Masaro
Dirección artística: Elis Lam
Decorados: Patricia Cuccia
Vestuario: Luis Sequeira
Reparto: Jessica Chastain, Nikolaj Coster-Waldau, Megan Charpentier, Isabelle Nélisse, Daniel Kash, Javier Notet, Jane Moffat, Morgan McGarry, David Fox, Dominic Cuzzocrea, Christopher marren, Julia Chantrey, Ray Kahbert, Diane Gordon, Matthew Edison, maya Dawe, Sierra Dawe, Nick Hall, Joey Proulx, Hannah Cleesman, Elva Mai Hoover, Pamela Farrauto, Chrys Hobbs, Laura Guiteras, Melina Matthews… 

la dificultad de mantener los lazos familiares después de muerta

A pesar de que la carrera de Jessica Chastian es corta en el tiempo, no es en absoluto breve en extensión, y lo cierto es que tampoco en calidad. Dos nominaciones al Oscar, una como actriz de reparto por The Help y otra como protagonista de Zero Dark Thirty, avalan una trayectoria ecléctica y arriesgada en la que se atreve con todo tipo de cine. Lo que seguro muchos nunca hubieran pensado es que acabaría involucrada en una producción española. Y en cierta manera es lo que ha sucedido con Mama, coproducción hispano-canadiense que, vendida como una película con el sello de Guillermo del Toro, tiene el logro de haberse convertido en la ¡primera película española que alcanza el número 1 en el Box Office estadounidense! Casi mejor que hacerlo en España ¿no JA Bayona? Aunque claro, si al final es un poco mierda, el mérito tampoco es tan grande.

Los hermanos argentinos Andrés y Barabara Muschietti debutan en el largometraje con la adaptación de su cortometraje homónimo, realizado en 2008, que nada tiene que ver con aquel otro corto de idéntico nombre, Mama, que Pablo Berger dirigiera veinte años antes. Por un lado se percibe la reincidencia en el estilo de ese cine de género castizo (¿quien lo hubiera dicho?), más cercano a las películas de Filmax y Castelao Producciones que a las de Rodar y Rodar, aunque con una pizca de todas. Ciertamente no me extraña que se empeñen en machacar una fórmula que ha resultado ser mucho más efectiva fuera de nuestras fronteras que en casa, como suele ser habitual. Por otro lado, nos encontramos con la parafernalia visual característica del cineasta mexicano, responsable de títulos como Cronos, El espinazo del diablo o El laberinto del fauno, del que hereda monstruos y mitología con estética neogótica.

El resultado es una película muy acertada en el plano visual, pero insoportablemente plana en el textual. La espléndida fotografía de Antonio Riestra no consigue disimular la falta de riesgo de Andrés Muschietti, cuya planificación no se aleja del estándar, por mucho que algún plano o movimiento de cámara pueda resultar interesante. Aunque poco más se podría hacer de un texto previsible que no sólo no consigue explicar con convicción o mínima verosimilitud una historia que podría perfectamente haber sido carne de The X Files, pero que fracasa en su intento de plantear el relato como un drama familiar que se vuelve terrorífico trágico para erigirse finalmente en fantástico fantasmagórico.

Si a esto añadimos que todos los personajes resultan excesivamente estereotipados, sabiendo desde el primer momento quien nos tiene que caer bien y mal, para que no nos importe en absoluto el destino que se les pueda venir encima, conseguiremos esa fórmula aritmética que han seguido al pie de la letra, pero aunque a efectos económicos les haya salido rentable, no tiene validez alguna en el artístico.

Por mucho que Jessica Chastain se haya entregado a su personaje, su actitud no se corresponde precisamente con la de una gótica que toque el bajo en una banda de rock (aparte de que está empezando a correr el riesgo de empalagar con tanta película). Si no convence mucho la aportación del actor danés Nikolaj Coster-Waldau, que se dejaba ver hace poco en Hodejegerne (Headhunters), las más convincentes acaban siendo las dos niñas protagonistas: Isabelle Nélisse y Megan Charpentier. Con mención especial para el inquietante Javier Botet, un gran desconocido en la línea de Andy Serkis, que está detrás de monstruos con sabor hispano como la niña Medeiros de [Rec].

¿Es esta una versión posmoderna de Rosemary's baby con los vástagos de otra? No me habría importado sentir todo el tiempo que estoy en un episodio de The X Files, pero cuando después se empeñan en conectar con ese (ya antipático y excesivamente manido) universo "mágico" de Tim Burton, terminan por descolocarme y sacarme de quicio y de la película. Y me molesta, porque a pesar de todo, muchos momentos funcionan. Es la lucha entre lo que podría haber sido y lo que es, lo que termina por catapultar la película por el mismo lugar por el que terminan algunos de los protagonistas de Mama.

Publicado originalmente en EXTRACINE